Pov. Emily:
- ¿Estás bien?- La voz de una chica me devolvió a la realidad, a la cruel realidad que inundaba mi vida, estaba justo enfrente del final de mi cordura, enfrente de Sunnyvale, las llamas consumían la pequeña ciudad, consumían lo poco que tenía...
Me reincorporé y la miré, las facciones de su rostro indicaban un terrorífico asombro, sabía que acababa de reconocerme y que me temía, sin analizar la situación, mis manos como si se manejásen solas, amenazaron a aquella chica poniendo una de mis cuchillas en su cuello. Ella aterrada, sin poder mover ni un solo músculo me miraba, observé a mi alrededor, allí se encontraba más gente mirando con sorpresa y angustia la escena. No fue por misericordia, ni lastima, sin embargo la dejé, empuje su cuerpo el cual cayó al suelo, caminé hasta mi auto, la gente se apartaba con temor y me dejaba pasar. Arranqué el auto y comencé a manejar a toda velocidad, mi sangre ardía dentro de mis venas, sentía palpitar mi corazón y mi cerebro. Ligeros susurros se escuchaban en mi cabeza, cada vez se escuchaban más y más fuertes, no podía soportarlos. Las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos, me sentía derrotada, hubiese deseado llegar hasta donde Gía antes de la explosión y morir junto a ella, la idea de que mi hermana había muerto me lastimaba tanto, dañaba cada fibra de mi ya muy roto corazón, solo quería morirme, estar junto a ella... Las voces seguían sonando, estás ahora gritaban, me dañaban, no podía más.
Cerré mis ojos con fuerza y apreté el volante. En mi mente apareció una ráfaga de imágenes de mi hermana, de mi abuela y de aquella mujer que tanto extrañaba, mi madre, veía el punto exacto de su muerte, la angustia en su rostro y pude escuchar aquel grito que destrozo mi vida, recordaba a aquel hijo de puta que la mató... Lo último que puede ver fue una habitación obscura, en ella había una chica frente a otra, era yo, las dos lucian exactamente igual, a excepción de la expresión en su rostro, una mantenía un dolor, odio y tristeza visible, mientras la otra tenía la cabeza ligeramente ladeada y una sonrisa maliciosa y cruel en su rostro, la segunda comenzó a caminar hacia la primera y entró en aquel cuerpo...El sonido de un claxon hizo que abriera los ojos alarmada, giré el volante derrapando un poco las llantas, esquivando a aquel camión con el que casi me estrellaba. Miré mi reflejo por el retrovisor del auto, por supuesto que ese desastre de persona que veía no era yo, en mi mente entró el recuerdo de la explosión que acababa de suceder y la situación por la que Emily y yo pasábamos. Mierda, nuestra pequeña hermana acababa de morir y todo era por la maldita culpa de ese hijo de perra, "Él" había matado todas las esperanzas que Emily tenía de vivir. Sabía perfectamente que ella amaba a Gia y a su abuela y yo... Yo las quería, me dolía haberlas perdido, sin embargo yo no era como Emily, ella solo quería acabar con el sufrimiento que sentia, quería buscar la forma más fácil de liberar todo el dolor, sabía que sólo se suicidaría, dejaría a un lado todo el trabajo que nos costó llegar donde estábamos, y yo no estaba dispuesta a eso. Me había costado toda una vida salir de aquel jodido lugar donde Emily me tenía aislada, ella sólo me dejaba salir cuando me necesitaba, cuando el ligero borde de cordura que teníamos estaba por romperse, pero ahora, Emily estaba jodida, el dolor y la tristeza la habían doblegado y ahora era yo quien mandaba, y no iba parar hasta encontrar a quien había destrozado la vida de Emily, "Él" tenía que morir, yo tenía que encontrarlo y destrozarlo con mis propias manos...
Pov. Daryl Powell:
No entendía muy bien la situación, Emily se había ido hace más de dos horas, por supuesto que me preocupaba por la chica, a pesar de saber quién y cómo era ella, yo la apreciaba, desde el momento en que la conocí sentí que tal vez había sufrido mucho y por eso era tan amargada como lo era...
Después de que ella salió de la bodega, Owen entró riéndose a una de las habitaciones, dónde estaba la mercancía, no sin antes murmurar un "Mujeres"; Sabía que iba a drogarse, él casi siempre estaba metiéndose mierdas al cuerpo...
Ayron y yo nos mirábamos confundidos, sabía dónde era Sunnyvale pero nunca había ido allí, ¿Qué era tan importante para Emily para irse como lo hizo? Por lo que Owen dijo "Él" había decidido volar toda aquella ciudad, sabíamos que "Él" era despiadado, que era capaz de eso y mucho más, en mi mente se formulaban muchas preguntas acerca de la reacción de Emily, aquella chica estaba llena de dolor cuando salió, pude notar una lágrima caer antes de que saliera, ¿Que le perturbaba de aquel atentado?
El tiempo seguía transcurriendo, Ayron y yo ahora estábamos separando la mercancía por kilogramos y onzas, de un momento a otro se escucharon las ruedas de un auto rechinar y un portazo, Ayron y yo no pusimos de pie, en estos instantes estábamos en la mira no solo de la interpol, sino de todos los departamentos y organizaciones policiales.
Las puertas de la bodega se abrieron de par en par, dejando ver a una Emily completamente distinta a la que conocía, fruncí el ceño, ella siempre había causado terror en miles de personas, pero ahora había algo distinto en ella, en sus ojos, aquellos ojos ahora estaban destilando más odio de lo normal, tenían más intensidad, intimidan muchísimo más, la chica comenzó a caminar dentro y a mirar a todos los lados del taller, parecía estar buscando algo o a alguien.
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La Gran Mafia (editando)
General FictionForzada por la necesidad de medicina para su abuela, y la pobreza en la que ella y su pequeña hermana vivían, Emily se va de su pequeño pueblo para buscar trabajo en el gran San Francisco. Ella nunca imagino que el único trabajo que podría obtener s...