Capitulo cuatro.

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— ¿Aún no se arreglan sus problemas? —pregunta Garbo sentándose a mi lado.

—Para nada, la última vez que hable con él fue... hace 5 meses—suspiro.

Recuerdo todo lo que mi padre había dicho y hecho cuando a la edad de los veintidós decidí dejar por completo la visión de mi padre de ser alguien importante en la política.

Nicholas armó un escándalo por el simple hecho de no poder controlar a su propia hija. La última vez que estuve en su casa fue hace un año y medio atrás, había salido de ahí furiosa por una discusión que había tenido con Nick. Me había asegurado de que si me iba no me preocupara en volver. Y eso hice... durante ese tiempo he estado viviendo con Garbo y tengo un trabajo temporal cantando en bares.

Un tiempo después me han ofrecido un contrato y eso fue la gota que colmó el vaso en la vida de Nicholas siempre ha querido mandar y arreglar las vidas de las demás personas haciendo que estas hagan lo que él pida soy la única excepción.

—Eso es mucho tiempo—dice Garbo sacándome de mis pensamientos.

—Lo sé. En estos momentos está mucho peor con lo de su candidatura a ser gobernador—bufo—me imagino al montón de personas que le ha amargado la vida—Garbo se ríe.

— ¿Y tú eres una de ellas? —Rápidamente contesto con un movimiento de cabeza— ¿Sabes lo que pienso? Estas muy estresada con esto de ganar más fama y tratar de relacionarte con Nicholas.

—No intento relacionarme con él. Nunca me trato como una hija. ¿Por qué buscaría que me trate como a una a esta edad? —él se encoge de hombros.

—El es tu única familia, tal vez sea eso—ladeo la cabeza y dejó escapar un suspiro.

—No es necesario... Me acostumbre a vivir sin una. Simplemente solo convivir con mis amigos—miro  a Garbo—Y tu obviamente eres parte de ellos—él sonríe.

—Cuando vuelvas a Houston deberías considerar tener una relación—me sugiere.

—No tengo tiempo para una relación amorosa—refunfuño. Una mujer muy testaruda piensa Garbo—el deja ver una sonrisa burlona.

—No me refería a... ese tipo de relación—hago  una expresión que da a entender que he captado el mensaje—deberías de tenerla, si sigues así de estresada probablemente termines matando a alguien—el comentario logra hacer que lance una suave risita.

—No soy capaz de matar a alguien—me defiendo.

—Excepto a la secretaria de tu padre—Garbo ríe  a carcajadas.

—Ella es otra historia—respondo poniendo mis ojos en blanco. —Esa mujer es simplemente amargada, el ácido es dulce frente a ella.

La risa masculina de Garbo resuena en toda la habitación. Respira y se calma.

—No me evadas el tema, estamos hablando de que necesitas un revolcón, tienes que relajarte.

Suspiro. Miro a mi amigo y vuelvo a suspirar.

—Greg, me alegra que te preocupes por mi pero te aseguro que lo que menos quiero en estos momentos es tener un polvo.

Alguien toca la puerta una, dos veces. Ambos giramos la cabeza hacia ella y luego de unos segundos una mujer pelirroja entra a la habitación.

—Chicos el equipo los quiere para cenar juntos.

Sonrió y me levanto. Garbo repite el movimiento y una vez que la pelirroja se aleja me detiene.

—Eres mi amiga, me preocupa tu salud si sigues trabajando así de duro. El estrés mata, eso mato a mi padre a sus cuarenta años—hace una mueca

Lo miro y lo fulmino con la mirada y salgo de la habitación.

—Eres la única persona que conozco que me obliga a tener sexo.

—El sexo es bueno. Reduce el estrés y hace a las personas satisfechas y felices. Está comprobado científicamente... y hazlo por mí—sonríe.

Me echo a reír y muevo la cabeza.

Estoy segura de que cuando Vee conozca a Ian "eso de no necesitar un polvo" cambiará completamente.

Mi pareja favorita y protagonistas de esta historia en multimedia😍👅🔥

Un mes de placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora