Capitulo veintidós.

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Ian Hamilton

— ¿Es realmente necesario que vaya? —pregunto en un tono realmente fastidiado.

—Sí, lo es el señor Simmons necesita saber los avances del proyecto.

—Ok pero para eso existe la tecnología. Tal vez tenga algo que hacer y no pueda ir—digo.

—Pero no lo tienes así que iras ¿cierto? —insiste Jack en la otra línea. Me tomo un trago de whisky y aprieto mi agarre en el celular.

—Tal vez sí lo tenga así que en tal caso...

—Cancele todo ¿Qué puede ser más importante que hablar y ver cómo va el proyecto? —dice cortante.

Respiró con fuerza y evitó el impulso de lanzar el celular contra la pared.

Hay cosas muchísimo más importante que ese jodido proyecto como pasar el resto del mes saboreando a Vee acariciando su suave cuerpo y descubriendo cada centímetro de ella. Me estremezco al pensar en eso.

—Así que ira—no es una pregunta, es más una afirmación. Odio cuando cualquiera piensa que puede controlarme o decidir por mi es simplemente insoportable—Nos veremos en Nando's a las siete.

Gruño y aprieto los dientes.

—Está bien nos vemos ahí entonces—puedo jurar que Jack esta sonriendo de satisfacción en este momento. En vez de eso prefiero decirle jodete que te den pero sé que eso me costara mucho. Cuelgo la llamada y lanzó el celular contra el suelo estoy cansando de tanto trabajar todavía ni sé porque acepte hacerlo para el gobierno si tengo a un imbécil como Jack Thompson vigilando mi trabajo prácticamente las veinticuatro horas del día. Este hombre logra sacarme de quicio como nadie mas solo me basta escucharlo para querer matarlo de una vez. Sirvo otro vaso este aun más lleno de whisky y pongo música lanzándome en el sillón subiendo los pies al escritorio.

Savannah tiene razón debo tomar unas vacaciones. Si sigo así moriré antes de los cuarenta por lo momentos lo único que me puede sacar de mi estrés es Vee sonrió al pensar en ella me he sentido muy bien anoche a su lado su piel es tan suave como la seda, sus labios tan adictos como una droga y aquellos ojos negros tan hipnotizadores que me hacen querer verla todo el tiempo. Cierro los ojos y pienso en volver a tocarla, besarla, devorarla maldito seas Simmons por querer reunirte conmigo esta noche siento que se me endurece cuando pienso volver a estar dentro de su cuerpo saborear cada centímetro de él.

Joder sí que hay algo especial en ella que hace endurecerme en pocos segundos. Escucho la puerta abrirse y masculló un insulto.

— ¿Qué demonios quieres? —gruño aun con los ojos cerrados y mis pies en el escritorio. Abro los ojos y veo a Vee observándome con una expresión de inocencia en su rostro.

—Lo... Siento, no sabía que esta era tu oficina yo... solo... eh—balbuceó— mejor me voy.

Mi ceño se suaviza y esbozo una pequeña sonrisa.

—No—la detengo antes de que salga—lo siento, estoy estresado—masajeo mi sien con los dedos y dirijo mi mirada a ella—Puedes sentarte si quieres.

Vee hace lo que le digo y ve mi vaso de whisky casi completamente lleno. Arqueo una ceja y la miro.

—Ya puedo ver que estas estresado ¿tomas tanto?—asiento—Demonios si yo tomara dos vasos de whisky te aseguro que ahora mismo estaría contando estupideces.

Rio y Vee me acompaña, observó cómo dos hoyuelos se forman en sus mejillas y el suave y femenino sonido de su risa llena mis oídos. Deja de reír cuando clavo mi mirada en el escote de su camisa que deja ver las curvas de sus senos una sonrisa traviesa cruza mi cara cuando me doy cuenta que no lleva sujetador. Sí definitivamente debo mandar al demonio a Simmons.

Siento como sus mejillas se tiñen de rojo al tal punto de arder cuando poso mi mirada feroz sobre ella sus pezones se endurecen instintivamente y al mirarme se que su corazón late con fuerza. Me levanto de mi silla y lo siguiente que se es que la estoy besando como la noche anterior.

Nunca se sabe que hay detrás de una puerta. Ya ven que Ian solo piensa en sex. 

Recuerden que votando y comentando me hacen muy feliz ☺

Un mes de placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora