Vee Stevens
Me cuelgo en su cuello y levanta una de mis piernas para apretarla aun más contra su cuerpo. El separa sus labios de los míos para clavarlos esta vez ahora en mi cuello, jadeo y echo mi cabeza hacia atrás para darle más acceso a su húmeda y cálida lengua que quema la piel de mi cuello con su tacto.
— ¿No ha pasado ni un día y quieres volver a hacerlo? —digo sin aliento mientras el baja de mi cuello a mi pecho para lamer esa zona y me mordisquea la curva de uno de mis pezones. Con la mano que sostiene mi pierna comienza a acariciar mi muslo. Suelto un suspiro de placer e Ian me sonríe.
—Parece como si no te hubiese tocado nunca—gruñe antes de volver a besarme con deseo. Me separo y lo miro agitada.
—Estamos en tu oficina puede entrar alguien y vernos—digo nerviosa.
—La única persona que puede subir es Mikey y no creo que lo haga. Pero si pasa solo hay que dejar que disfrute del espectáculo.
Ian baja su pierna y saca mi camisa del medio para poder ver mis pezones su mirada se vuelve hambrienta y toma uno de ellos en su boca. Gimo y siento que me humedezco cada vez más con cada lametón de su lengua. Cambia de pezón y saborea el duro botón mientras que el otro es estimulado por su mano comienzo a preguntarme si puede llegar a correrse con solo lamer mis pechos porque estoy segura de que puede. Lo escucho gruñir y baja por mí estomago hasta mi vientre, mordisquea mi suave y sensible piel y comienza a desabotonar mis jeans desteñidos bajando el cierre sonriendo pícaro al ver que no tengo bragas.
—Veo que comienzas a entender las normas Cher.
Jadeo.
—Adoro el modo en que dices Cher me...
Me mira curioso esperando que termine de hablar.
—Me pone—digo finalmente. Ian arquea una ceja divertido.
—Cher, Cher, Cher—dice sin parar.
Besa mi vientre y termina de bajar mis vaqueros, ronroneo como gato al sentir que Ian lame mi muslo en un movimiento largo y suave me tenso al sentir un largo dedo recorrer mi húmeda hendidura. Suelto un suspiro y cuando creo caer de rodillas Ian me toma con su lengua. Si alguien llega entrar este momento a su oficina moriré de vergüenza aunque una parte de mi encuentra excitante que nos pillen in fraganti. Los movimientos circulares que Ian hace sobre mi clítoris hacen de mi aliento tan pesado que me cuesta respirar. Entierro mis dedos en su cabello sujetándolo cerca.
—Dios—chillo y siento como llego al orgasmo. Ian se separa de mí y casi que quiero matarlo.
Ian reprime una risa al ver la cara de asesina que le lanzó, besa mi sexo e introduce dos dedos para conseguir mi punto G una vez que lo pudo conseguir comienza a mover sus dedos con rapidez. Gimo y me corro en poco tiempo, miró su entrepierna y acarició el visible bulto.
—Creo que estas un poco tenso aquí abajo—bromeó. Ian me besa gimiendo mi propio sabor.
—Sí creo que necesito estar en un lugar para 'destensarme'. —dice.
👅😏
Las cosas se han puesto calientes...
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Un mes de placer
RomanceLa venganza suele ser dulce y aun mas cuando el deseo está de por medio. Pero cuando la lujuria y la venganza se combinan puede llegar a ser un poco peligroso, pero también ¿excitante? Ian Hamilton un hombre apuesto y más que dispuesto a cobrar veng...