Un mes de placer

Capitulo treinta y tres.

Ian Hamilton

La puerta principal se cierra detrás de ambos y vuelvo a mirarla con su cuerpo hecho para pecar acompañado de su cara angelical. Me sonríe con ternura y posa un mechón de cabello rubio detrás de su oreja.

—Gracias por...

Cortó sus palabras pegándola contra la pared y atrayendo su cuerpo inclino mi cabeza y entierro mi nariz en su cabello rubio casi dorado. El olor a flores y melocotón impregna mis fosas nasales queriendo emborracharme de su aroma para siempre.

—Me encanta tu aroma—murmuro aun con mi cabeza enterrada en su cabello.

La beso lentamente desde su oreja pasando por su mejilla, luego dejo un beso en su nariz y terminó finalmente en su boca. Un beso suave, lento y dulce nuestras lenguas comienzan una danza entre ambas mezclándose entre sí Vee gime contra mis labios aun sintiendo el sabor de vino en su boca se acerca más a mí.

—Me encanta tu sabor—muerde con suavidad mi labio.

Con mi mano acaricio su muslo hasta la cintura, la otro la posó detrás de su espalda. La atraigo aun mas a mi logrando que sus rodillas separen sus muslos y sonrió con picardía mientras que la acaricio en un movimiento lento y sensual la cintura.

—Me encanta todo de ti—muerdo el lóbulo de su oído y la levanto haciendo que envuelva sus piernas alrededor de mi cintura.

La conduzco hasta la habitación y la pongo encima de la cama mientras que me quito mi camisa de botones. 

—Como que te odio—enarco una ceja interrogante—Cómo desearía que dejaras de hacerme sentir así.

— ¿En qué sentido? —pregunto.

—Con tan solo mirarme haces que me queme. Odio como logras hacer esto con tanta facilidad, no es justo.

Sonrió sexymente.

—Y aun no te he acariciado como se debe—la levantó y acarició su mejilla—Montre-moi ton jolie corps. (Muéstrame tu hermoso cuerpo)