Capitulo veinticuatro.

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Ian Hamilton

Comienzo a desabrochar mis pantalones cuando caigo en cuenta que no tengo protección encima.

— ¡Maldición! —masculló. Recuerdo que Jay me ha regalado unos cuantos y busco en mi escritorio casi desesperado, sonrió al conseguirlos y cojo uno mientras Vee me mira divertida por la situación mordiendo sus labios para no reír.

Levantó una ceja mirando hacia ella.

— ¿Te divierte que no consiga protección? Puedo morir de lo duro que estoy y eso no me divierte— Vee sonríe ante mi comentario exagerado y me arrebata la protección de las manos.

—Cierto déjame ver cómo puedo evitar ese dolor que tienes—se agacha y desabrocha el botón de mi pantalón para luego bajar el cierre con sus labios. El endurecido miembro sale disparado de mis pantalones y Vee aprovecha para lamer el hinchado glande.

—Vee no—digo casi en suplica. Vuelve a lamerlo y me tenso. Se muerde el labio y rompe el papel de la protección para deslizarlo sobre él.

Aprieto mis dientes al sentir sus manos envolviéndolo. Si algún día soy torturado así ojala sea Vee la que lo haga de esta manera. La levantó y la hago rodear mi cintura con sus largas piernas la llevó contra la pared y aplastó mis labios contra los de ella ferozmente mientras me deslizo en un solo movimiento. Siento que la llenó por completo y ambos gemimos cuando comienzo a moverme con fuerza rápidamente nuestras embestidas resuenan en toda la habitación Vee se aferra a mis hombros y gime contra mis labios sujeto con fuerzas sus caderas y la embisto aun más fuerte.

Ambos nos separamos por falta de aire y jadeo cuando muerde mi ovuló pasando sus delgadas manos por todo mi musculosa espalda haciendo que los gemidos se escapen de mi boca involuntariamente. Siento volver a llegar al clímax.

Casi salgo por completo de ella y vuelvo a entrar de un fuerte movimiento. Aprieto los dientes al sentir como los músculos internos aprietan mi miembro como un puño cerrado. Las olas de placer golpean contra su vientre y Vee respira con dificultad y un chillido de sus labios sale al correrse con fuerza.

—Ian—se sujeta de mis hombros cuando siente que se derrumba. Sigo embistiéndola hasta que gruño al conseguir el clímax.

Los dos nos miramos jadeantes y sonreímos.

—Hola—digo con una sonrisa de placer en mi rostro.

—Hola—responde con leve sudor en su frente y la respiración agitada.

Casi siente decepción cuando me retiro. Boto la protección en la basura y me acomodo aun con mi pulso a mil me vuelvo hacia ella y me sonríe satisfecha mirándome como felina.

—Creo que le debo agradecer a mi papa después de todo—dice y me rio dándole un beso fugaz.

Estos dos no se quitan las manos de encima😏

¡See u later!

Un mes de placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora