Un mes de placer

Capitulo treinta y dos.

El resto de la cena pasa lentamente acompañada por la risa, sonrisas y miradas traviesas y dulces por parte de los dos.

Ian termina de servir la última gota en mi copa y le da un trago a la suya.

Miro mi copa llena de vino tinto y río.

—Intentas emborracharme ¿no es así? Sabes que no lo necesitas para que haga el amor contigo esta noche—digo con la lengua pesada. Después de cuatro copas me siento mareada y pérdida.

Ian se tensa al escucharme decir eso.

—Nosotros no hacemos el amor, solo tenemos sexo. Salvaje, primitivo y normal sexo—me dice con total seriedad.

Mi mirada de divertida pasa a decepcionada, una parte de mi siente morirse lentamente al escucharlo decir eso, es obvio que él no siente o sentirá lo mismo por mí. Tomo de un solo trago la mitad de la copa haciendo que el lugar me dé vueltas.

—Esto es solo temporal—continua Ian—Una aventura nada mas no comiences a confundir el sexo con el amor.

Lo que él no sabe es que es demasiado tarde para eso. Con cada minuto que pasa estoy de acuerdo con una cosa. Empiezo a enamorarme de él tontamente y no estoy dispuesta a hacer algo para evitarlo.

No contesto me limito a asentir con suavidad está más que claro que Ian no quiere una relación y las palabras de Mikey vuelven a cruzar mi mente "No necesita a otra zorra que lo lastime"

— ¿Quién te lastimó? —espeto de repente. Me mira alarmado y el ambiente se torna más pesado.

— ¿Qué? —dice un poco sorprendido.

—Se que hubo alguien más antes, no creo que siempre fueras así. Dime ¿Quién fue? —exijo demandante por culpa del alcohol recorriendo mi cuerpo.

Mi tono dulce se torna serio e intento buscar la mirada de Ian.

—Cuando cumplí 18 años...—suspira—Mis padres murieron en un accidente, estaba en el proceso de buscar algún lugar en el cual vivir y encontrar un trabajo ya que mi familia no me dejo ningún tipo de herencia y solo tenía un título en ciencias que no era algo útil. No tenía nada y sólo viajaba en autobuses con un par de maletas con pocas cosas, en uno de los viajes que hice conseguí un lugar donde pasar la temporada era más como un lugar para personas sin hogar y conocí a una mujer, Camila era dos años mayor que yo y ella logro que me adaptara a mi nueva vida. Me ayudó a conseguir trabajo, conseguir una casa y estúpidamente le pedí que viviera conmigo, con el tiempo me di cuenta que me usaba porque solo quería mi dinero y luego la pille con otro.

Bajo mi mirada hasta mi copa y la bebo mirándolo con compasión posando mi mano sobre la de él.

—Que perra—murmuró. No la merecías.

—Lo sé—se levanta de su silla extendiéndome su mano—No quiero hablar más de ella ¿nos vamos?

Acepto su mano y me levanto.

—Vamos.

Oh Vee se ha enamorado de Ian pero para el, ella solo significa sexo.