Capitulo dieciocho.

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Quedó sin aliento con sus palabras, lo siguiente que se es que Ian me besa de tal manera que casi caigo de rodillas, el me sostiene de frente contra su cuerpo y siento su erección contra mi vientre. Un escalofrío recorre mi columna vertebral gruñendo contra sus labios al sentir como su mano desaparece bajo mi camisa. Ian se separa al momento que comienzo a acariciar su espalda.

Lo miro confusa cuando frunce el ceño.

— ¿Qué te dije de la ropa interior? —dice con voz ronca.

Mis mejillas se sonrojaron al recordar lo que me había dicho.

—Dije que no quería verlas cuando estuviese cerca. Y en estos momentos, estoy cerca.

Saca mi camisa por la cabeza y me desabrocha el sujetador en menos de un minuto jadeo al estar desnuda de la cintura para arriba frente a él.

—Vez Cher, así te vez mejor—me da un suave beso en el cuello. Ahora, a deshacernos del resto.

Tiemblo cuando siento que desabrocha mis pantalones y baja la cremallera con una lentitud que casi hace que le suplique. Se arrodilla y quita mis zapatos. Luego desliza por mis largas piernas los pantalones y solo quedo con mis bragas rosadas.

Acaricia mi cadera y sube hasta mi cara para besarme, me mordisquea el cuello y baja hasta uno de mis pezones para tomarlo con su boca. Jadeo y cierro los ojos cuando cambia al otro. Dios, me siento como en el paraíso con todas estas sensaciones que creí haber olvidado. Ian deja mi pezón endurecido y baja por mi estómago dejando besos húmedos. Contengo la respiración al sentir su cálido aliento alrededor de mi sexo pone un dedo en la cinturilla elástica de mis bragas y comienza a bajarlas.

Cuando finalmente me encuentro desnuda ante el tengo la necesidad de cubrirme. Es la primera vez que estoy así de expuesta ante un hombre. Miro a Ian que me examina con su mirada hambrienta haciéndome temblar.

—Estas hermosa así—dice sin apartar la vista de mis ojos.

—Se lo debes decir a muchas—digo.

Él me sonríe.

—Me descubriste lo hago—confiesa—pero ninguna luce como tú.

Se acerca a mis hinchados labios para besarme de nuevo, pongo una mano sobre su hombro y lo separó.

—Tú deberías quitarte la ropa, me siento extraña siendo la única desnuda.

Ian suelta una sonora risa y desabrocha dos botones de su camisa cuando la retira por sus hombros me muerdo el labio. Tiene un abdomen duro y músculos bien definidos este hombre es la verdadera definición de pecado.

—No sabía que los científicos tuviesen un cuerpo así—digo. Podría confundirte fácilmente con una carrera de modelo.

Chasquea su lengua.

—Ni de loco me haría puro musculitos sin cerebro.

— ¿Cómo puedes estar en forma? —pregunto curiosa. Su abdomen definido y bien marcado no está así por arte de magia.

—Hago ejercicio para relajarme y concentrarme. Basta de hablar, tenemos mucho tiempo para eso.

El me toma en brazos como sino pesara nada y me sienta encima del piano. Besa mi hombro y cuello suavemente y abre mis piernas con sus manos.

Que decirles no soy experta escribiendo este tipo de historias hice lo mejor que pude ya que es primera vez que escribo cosas de este tipo. Solo espero que no sean tan duros conmigo y les guste este capitulo y los demás que están por venir.

Ame la foto de multimedia son tan adorables♥.

Un mes de placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora