Un mes de placer

Capitulo veintisiete.

Vee Stevens 

Vuelvo a entrar a la oficina de Ian pero esta vez me percato de que no haya nadie acompañándolo. Mis mejillas se sonrojan al pensar en la manera cómo entre ¿Qué habrá pensado el amigo de Ian? Como siempre Ian se encuentra detrás del escritorio, cierro la puerta y me siento frente a él.

—Lo siento—me disculpo. El alza una ceja confuso.

— ¿El qué? —pregunta.

—Haber entrado gritando—bajo la cabeza—no sabía que tenías compañía.

—No importa. Solo tuve que intentar sacarle los ojos a Jay sobre ti—Eres muy hermosa, además ha escuchado un par de canciones tuyas en la radio dice que eres muy buena.

—Genial ahora que hablas de canciones mi manager debe estar al borde se suponía que grabaría algunas nuevas pero no le he dicho a  nadie a donde iría solo lo sabe mi padre. Estoy oficialmente desaparecida—sonrió divertida.

—Si tan solo supiera lo que has estado haciendo—me devuelve la sonrisa en tono pícaro—me sonrojo—Me encanta cuando te sonrojas—dice.

Me vuelvo a sonrojar mas e Ian ríe por lo bajo.

—Eres demasiado hermosa.

Nos miramos y un silencio incomodo comienza a crecer entre ambos. Puedo jurar que las miradas de Ian son mi adoración.

— ¿Por qué estabas molesta? —pregunta de repente. Tomo aire soltando lo que contenía en mis pulmones y comienzo a hablar sobre lo ocurrido obviando la parte en la que mencionó a otra mujer en su vida, mi estómago se encoge de tan solo pensarlo y por alguna razón no creo que sea el momento para preguntarle acerca de ella.

—Hablaré con Mikey luego no tiene derecho a insultarte—dice con la mandíbula apretada y sus rasgos tensos. Está molesto, quiero sonreír al notar que me defiende y decido cambiar el tema.

— ¿Por qué pasas tanto tiempo en esta oficina? —Pasa todo el tiempo en este lugar y ya me pregunto qué tanto esconde.

—Sígueme—se levanta y se acerca hasta la puerta que casi esconde y que se encuentra en una de las esquinas de su oficina. Frunzo el ceño al ver como el pone su mano sobre un pequeño aparato electrónico y enseguida la puerta se abre

Lo sigo por el pequeño pasillo y lo veo poner una contraseña haciendo que otra puerta se abra. Silbo por lo bajo porque lo que veo es como una pequeña ciudad tecnológica hay aparatos por doquier algunas cubiertas con una manta encima, herramientas esparcidas por el suelo y computadoras. Definitivamente Ian esta forrado en dinero. Me vuelvo hacia él y lo miró sorprendida.

— ¿Esta es tu respuesta? —el asiente.

—Trabajo en un proyecto con el gobierno—dice señalando unos planos sobre la mesa ¿acaso son...?

— ¿Armas? —digo con sorpresa.

El pasa una mano por su cabello.

—No cualquier arma, sino armas nucleares. Pueden parecer inofensivas a simple vista pero están creadas simplemente para destruir.

—Eres como Tony Stark—digo.

Ian ríe ante la referencia al protagonista de Iron Man.

—Algo así—asiente.

— ¿Para que el gobierno quiere armas? —pregunto curiosa.

—Guerra. Rusia y Estados Unidos están planeando una guerra y el Gobierno me ha encargado hacer armas nucleares más potentes.

— ¿Pero porque aceptaste hacer armas para guerras? —pregunto sorprendida.

Ian se encoge de hombros.

—Soy un enfermo—rio— ¿Sabes que no puedes decirle a nadie? Eres la primera en saberlo—confiesa—Mis ojos se abren me está confiando algo que mas nadie sabe. Un nuevo sentimiento de alegría crece en mí que me hace sonreír.

—No lo haré.

—Confío en ti—deja ver una sonrisa sexy que me derrite por completo. Sin poder evitarlo estiró una mano y acaricio su pecho mientras me acerco. El retira mi mano con delicadeza.

—No me provoques no puedo ensuciar mi lugar de trabajo—muerdo mi labio y froto mi cuerpo contra el suyo—Escuchó su gruñido y río—Estas jugando con fuego Vee.

Bajo una mano a su duro abdomen hasta su entrepierna me inclino hacia él y planto un suave beso en su cuello junto a un mordisco luego subo hasta su oído y susurro.

—Entonces deja que me queme.

 Esto se puso bueno😏😇