El sonido de mi despertador retumba fuertemente cerca de mis oídos obligándome a abrir los ojos. Suelto un gruñido y, como puedo, saco una de mis manos de entre las sábanas para apagar el artefacto.
Otra noche de pesadillas.
Me levanto somnolienta y me dispongo a caminar al baño de mi habitación. Ya en él, mojo mi rostro con el agua fresca, tomo a tientas una de mis toallas y quito los restos de agua. Al mirarme mi reflejo, suelto un suspiro de frustración. Desordeno mi cabello castaño un poco y luego lo observo cuidadosamente. Esto es lo único que he conservado de mi "vida como una chica" nunca me atreví a cortarlo menos que algunos centímetros debajo de mis hombros.
Suspiro nuevamente. Ato mi cabello de una forma en la que no se nota lo largo que está. Me pongo uno de mis gorros y salgo del baño. En un par de minutos, me cambio de ropa y bajo las escaleras hasta la cocina.—Hasta que al fin bajas, creí que te quedarías dormida, Melisa. —sonríe mi madre dejando el desayuno frente a mí.
Giro mis ojos ante sus palabras, detesto que me llame así.
—Puse mi alarma, y no me llames así—le digo, de mala gana. Ella me observa con reproche, y pone sus manos en su cintura, molesta.
—Te llamas Melisa para mí.
—Mamá, no quiero tener esta discusión de nuevo por favor. —Vuelvo a girar los ojos, y me doy cuenta que de inmediato se da por vencida.
Suspira agotada y asiente con su cabeza. Sé que odia llamarme como yo prefiero, pero ya debería acostumbrarse ¿no? Después de todo, hace años que llevamos discutiendo lo mismo.
— ¿Me acompañarás a la universidad ahora, verdad? —Cuestiono, tomando una de las tostadas y llevándola a mi boca—. Ya sabes que hablé con la encargada al momento de inscribirme pero me sugirió que pidiera una cita directamente con el director, así sería más fácil todo y sin confusiones.
— ¿Estás segura que quieres eso? Estamos en una ciudad nueva y no sería malo que empezaras desde... —se detiene al ver mi rostro, suelta un bufido y asiente nuevamente—. Te acompañaré.
Le agradezco con una sonrisa algo irónica y continúo comiendo mis tostadas.
Granada era una linda ciudad, pero siempre supe que en algún momento tendríamos que marcharnos. El trabajo de mamá allá era inestable, pero aún así siempre le aseguraron un puesto de trabajo en Madrid. Ella es una muy buena secretaria. Nunca dudé en venir con ella, ¿Qué tan distinto puede ser un traslado en la universidad? Solo me quedan poco menos de tres años para recibirme en Psicología.
Al terminar mi desayudo, ambas tomamos nuestras cosas y nos dirigimos a la salida. La señorita que me ayudó con los papeleos para hacer mi traslado me aconsejó que era bueno tener la palabra de alguien más para hablar con el director y así resolver todos mis problemitas. ¿Quién más que mamá?
Tomamos el primer taxi que nos deje en el lugar, y sé que no nos hemos equivocado cuando distingo por los vidrios del auto un eslogan que dice;"Universidad Tomás Blements"
Aquí estoy.
Entramos juntas al edificio, pidiendo indicaciones de donde se encuentra la oficina del director. Esperamos unos cuantos minutos cuando nos toman la cita que tengo con él, indicándonos que podemos entrar. El hombre nos saluda cordialmente, yo trato de actuar lo más normal que puedo.
— ¿Melisa? —me pregunta, observándome con cautela mientras lee mis papeles.
Y lo entiendo, mi identificación dice "Melisa Wells" pero mi aspecto físico no lo demuestra.
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My Girl-Boy. [Español]
Teen FictionMelisa Wells es una chica diferente a otras. Ella ha vivido encerrada con sus más grandes temores y, al parecer, nadie puede notarlo. En su vida, tiene impuesta una regla que por muchos años ha permanecido intacta; "No hombres en su vida". ¿Por qué...