My Girl-Boy. [Español]

Capítulo 25: Tu papá murió.

[Sin editar]

Me quedo mirándolo disimuladamente, puedo notar que lleva ropa ligera.

—Hola —nos dice, sonriendo—. ¿Todo bien?

—Sí —le responde Emma—. ¿Mamá llego?

—Está en la cocina

—Voy a verla —dice. Puedo notar que me lanza una mirada juzgadora, yo solo puedo desviar mi vista nerviosa.

—¿Cómo está? —cuestiona con preocupación cuando ella se ha alejado. Ya no me sorprende que sea tan atento con ella, sé que tienen una relación muy cercana.

—Muy bien, no te preocupes. Se ve que lo ha superado casi todo, solo necesita un poco de tiempo.

Sus ojos se posan en los míos y siento que mi cuerpo se estremese cuando se acerca para abrazarme.

—Gracias por esto —susurra, cerca de mi oído.

—No tienes que agradecer —trago, nerviosa.

Se separa un poco de mi y me mira a los ojos nuevamente. Esta vez no estoy tan nerviosa porque mis pensamientos se pierden en sus ojos, ¿Por qué tiene que ser tan lindo?

Escucho una leve tos detrás de nosotros y nos separamos de inmediato. Levanto la mirada y la señora Susana junto a Emma nos miran divertidas. Que vergüenza.

—¿Sabes dónde está tu papá? —le pregunta a Matt. Agradezco que no haga de esto una situación incómoda.

—Fue a comprar algo —se encoge de hombros—. Salió hace un rato, creo que debe estar por llegar.

Ella asiente y nos sentamos en el sillón a hablar de diversos temas. Uno de ellos fue “¿Dónde estabas hoy Emma?” La ayudé a inventar que fuimos al centro comercial a pasear y, afortunadamente, la señora Susana no siguió preguntando. En una media hora llega el papá de Matt y nos sentamos a cenar mientras seguíamos hablando de cualquier tema. Cuando llega la hora de irme, Matt se ofreció a llevarme y accedí. No me gustaría estar sola en la calle a estas horas de la noche.

—Gracias otra vez —me dice en cuanto estamos frente a la puerta de mi casa.

—No te preocupes —le sonrío. Busco en mi bolso las llaves, e introduzco la correcta en la cerradura.

Al entrar, mi expresión cambia de inmediato. Puedo ver a mi mamá acercarse a mí y la noto extraña, sus ojos están rojos, parece que estuviera llorando.

—¿Qué sucede mamá? —cuestiono, preocupada— ¿Leticia está bien?

—Sí —dice, su voz es en un susurro—. Hay algo que debo decirte.

Siento una angustia en el pecho y desesperación porque se demora en hablar. Veo como un hombre aparece detrás de ella y frunzo el ceño.

—¡Qué sucede mamá! —elevo la voz algo molesta por su misterioso comportamiento.

—Melisa, tu papá murió hoy en la madrugada.

Mi mente se pone completamente en blanco por un momento, siento una punzada en el pecho al escuchar eso.
De todas las cosas que me imaginé que pasarían en mi vida nunca pensé que la única noticia que recibiría de mi padre en ocho años sería que murió.
Sé que se alejó de mi y nunca apareció, pero eso no me quitó todos esos hermosos recuerdos que me lleve de él. Siempre fue un padre atento y cariñoso, siempre estaba para mí por más cansado que estuviera. Nunca me trató mal a pesar de todo lo que estaba viviendo con mi madre. Los escuchaba discutir siempre, sí, pero nunca me pusieron entre sus problemas. Siempre trataban de que yo no notara su situación diciéndome cosas como “Los padres siempre tienen discusiones” pero aunque ellos trataban de ocultarlo yo me daba cuenta.
Nunca pude odiarlo por dejarme ni culparlo porque cuando lo seguí me lastimaron. A pesar de todo, siempre traté de entenderlo.