Capítulo 22: Te quiero mamá.

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[Sin editar]



Caminamos a pasos apresurados por los pasillos del hospital en el que Dylan nos indicó hace un rato. En cuánto Matt me dijo lo que pasó salimos rápido del restaurante, pasé a mi casa a cambiarme y nos fuimos al hospital.
La preocupación que siento me oprime el pecho. Aún no sabemos qué tan grave ha sido el accidente.
En unos minutos llegamos a la sala de emergencias. Observo a nuestro alrededor y me encuentro con la figura de los chicos.

—¿Cómo está Alex? —pregunta Matthew, de inmediato.

—Aún no dicen nada —responde Michael. Puedo notar que su rostro refleja su preocupación.

Cerca de nosotros puedo visualizar a un hombre de edad mediana. Tiene su cabeza agachada y luce igual de preocupado que todos.

—¿Familiares de Alex Venegas? —escucho la voz de alguien y cuando me fijo, me doy cuenta que es un médico.

—¿Cómo está mi hijo? —cuestiona el hombre con impaciencia. a
Ahora sé que es el padre de Alex.

—Bien, no hay de que preocuparse —suspiramos alivados ante sus palabras—. Le hicimos varios exámenes y solo tiene heridas externas. Deberá usar un cuello ortopédico por unas semanas, ya que tuvo una leve fractura.

—Pero, ¿Está seguro que eso es todo? —pregunta Dylan.

—Eso es todo —afirma nuevamente—
El accidente fue un choque donde iban varias personas bajo los efectos del alcohol, incluyendo a Alex —suelta. La expresión de su padre es de frustración.

—¿Podemos pasar a verlo? —pregunta, Michael luego de unos segundos en los que nos quedamos en silencio.

—Sí, está despierto —nos dice mientras asiente con la cabeza—. Pueden entrar todos a la vez, como dije, su situación no es delicada.

—Muchísimas gracias—le dice el hombre—. ¿Cuándo podrá irse?

—Yo creo que mañana —le responde él tranquilamente—. Pasen por aquí para verlo.

Caminamos por un pasillo de color celeste completo hasta que nos detuvimos frente a una puerta casi al fondo de este. El médico nos abrió y nosotros caminamos hacia el interior. Alex está con un cuello ortopédico y algunas heridas leves sobre su rostro.

—¡Hola! —habla, animadamente. Aún así noto su expresión de dolor—. Todos están aquí, ¿Pensaron que moriría?

Nosotros soltamos una pequeña risa. Su padre no lo hace.

—Cállate, Alex. ¿Auieres matarme de un infarto? ¿O a tu madre? ¿Sabes que no le dije que estás aquí? —le dice, con el ceño fruncido.

—Hola Joe, también te extrañé —dice, con diversión.

—No te burles de mí.

—No me regañes delante de mis amigos. ¿Qué va a pensar Nate de tí? —se cruza de brazos. El hombre suspira con resignación y niega con la cabeza—. él es Nate Wells papá, y Nate, el es mi papá.

Su expresión seria cambia de inmediato y me estrecha su mano con una sonrisa.

—Un gusto conocerte, aunque en malas circunstancias —suelta un gruñido.

—Igualmente —digo, riéndome levemente.

—¿Qué hacías manejando borracho?—pregunta Matthew, observándolo.

—Sufriendo penas de amor —comenta Dylan con diversión.

—¿Amor? —el señor Joe eleva una ceja y Alex suelta un bufido.

My Girl-Boy. [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora