Capítulo 23: Sería imposible

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[Sin editar]



Camino por la soledad de la calle abrazándome a mi misma por el frío que hace. Ni siquiera sé qué hago en la calle cuando está apunto de anochecer y no hay ninguna persona transitando este lugar.
Escucho unos fuertes gritos y, al instante, volteo encontrándome con sus ojos inyectados con un color rojos a causa de los efectos del alcohol. Me sonríe maliciosamente y me quedo paralizada al sentir su mirada sobre mi.

No quiero que me mire.

Puedo ver que está sobre una chica muy conocida para mí. Ella está brutalmente golpeada y cubierta de sangre.
Mi respiración está entrecortada y mis ojos están cubiertos con lágrimas. La chica sigue gritando y su mirada se posiciona sobre mí para dejarme apreciar su rostro. Era yo, con tan sólo trece años.

¡Ayúdame!

Me grita con fuerzas y solo puedo sentir todo mi cuerpo temblar. Ese asqueroso hombre la suelta para luego comenzar a acercarse a mí. Trago saliva con fuerza y comienzo a correr sintiendo tras de mi sus pasos. Me está siguiendo y casi logra alcanzarme. Trato de correr más fuerte pero es imposible, sus sucias manos están sobre mí nuevamente

¡Suéltame! ¡Suéltame por favor!  ¡Suéltame!

—¡Suéltame! —grito con todas mis fuerzas y abro los ojos de golpe.

Miro a mi alrededor y puedo notar como los rayos del sol se adentran en mi habitación. Pongo mis manos sobre mi rostro sintiendo como está cubierto con lágrimas, mi pecho sube y baja rápidamente y mi cuerpo está completamente mojado por mi propio sudor.
Derrepente siento la puerta abrirse y veo a Lucy entrar. Con la expresión de su rostro puedo notar que está confundida.

—¿Por qué lloras, Melisa? —me dice, inocentemente. Respiro profundo y trato de controlar mi respiración para que no se asuste.

—Tuve una pesadilla —hablo agitada.

— ¿Quieres que llame a tu mamá? —pregunta, ladeando su cabeza.

—No, estoy bien —le digo rápidamente. No quiero preocupar a mi madre.

—Bueno, yo venía a decirte que Leticia te llama —me dice, sonriendo antes de salir corriendo de mi habitación.

Vuelvo a respirar profundo y me levanto de la cama para ir al baño. Mojo mi rostro y observo mi reflejo en el espejo.
Hace tiempo no tenía estas pesadillas, casi siempre era lo mismo hace unos meses atrás, sueño con ese maldito día.
Decido entrar a la ducha para distraer mi mente. Me tardos unos quince minutos bajo el agua y luego me pongo mi ropa. Bajo las escaleras, para encontrarme con todas ahí.

—Buenos días —saluda mamá con una taza de café entre sus dedos—. ¿Vas a desayunar?

—Tomaré solo un poco de leche —le digo. Me sirvo en un vaso, y bebo su contenido. Puedo notar que ellas me miran fijamente—. ¿Pasa algo?

—No, nada —me dice, Leticia.

Decido sólo ignorar su extraño comportamiento y apresurarme en beber la leche que queda en mi vaso. En cuanto lo hago, me despido de ellas rápidamente y salgo de casa. Frunzo el ceño cuando me encuentro con el auto de Matthew afuera, casi había olvidado que pasaría por mí.

—Hola —dice, cuando me he acercado completamente a él.

—Hola —digo, en un susurro.

—¿Qué te sucede? —dice, puedo notar que me busca con su mirada, pero yo mantengo la mía agachada.

My Girl-Boy. [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora