[Sin editar]
Los segundos frente al semáforo parecen ser eternos, pero finalmente cambia de color para darme paso a acelerar bruscamente por en medio de la calle poco transitada de la ciudad. Me estaciono junto a un minimercado donde compro una cajetilla de cigarrillos. El camino devuelta a mi departamento trato de hacerlo más tranquilamente, no necesito tener un accidente justo ahora. En cuanto llego, saco un cigarrilo de la pequeña caja para finalmente inhalar el humo del tabaco. Sí, no acostumbro a fumar, pero los últimos meses he notado que cuando estoy lleno de frustración esto logra tranquilizarme un poco.
A veces me sorprende lo ciego que puedo ser para no darme cuenta de algunas cosas. Alex, uno de mis mejores amigos se estaba involucrando con mi hermana y yo llegué a creer que su relación era algo más fraternal, que estúpido.
Suelto el humo que contenía en mis pulmones, cuanto escucho el tono que me indica una nueva llamada. Trato de ignorarlo pero, sin embargo, parece insistir. Me quedo observando un par de segundos el nombre de la llamada entrante para luego colgar. Demonios, no quiero hablar con ella, ¿Cómo pudo ocultarme algo así? ¿Cómo pretende ahora que confíe en ella cuando en mi cara me ocultó algo tan importante? Me siento decepcionado y a la vez enojado, no soporto que me oculten cosas y lo hizo ella, la persona en la que más confío últimamente.
En una hora tenía siete llamadas perdidas más, dos de Emma, dos de Alex y tres de ella. No me molesté en ver los mensajes pendientes, tampoco tengo ánimos de eso. Voy por el cigarrillo número diez cuando el tiembre de la puerta suena acompañado de unos leves golpes, me levanto lentamente y arrastro mis pies hasta la puerta. En cuanto pude distinguir su figura a través del ojo de la puerta, me quedo inmóvil. «No quiero hablar ella ahora»—Matthew... —la escucho murmurar al otro lado, su voz se escucha algo apagada. Me siento tan culpable de ser el responsable de esa tristeza, pero, ¡Demonios! no soporto que las personas me oculten cosas—. Sé que estás ahí, por favor ábreme.
Recuerdo las palabras que me dijo Alex hace un rato y siento como nuevamente la rabia se apoderaba de mí.
Estoy enamorado de ella.
Maldito mentiroso, lo conozco hace tantos años y sé que nunca ha tomado enserio a una chica, ¿Qué me asegura que no quiere hacer lo mismo con Emma? Ya soporté una vez verla llorar por un imbécil, no creo poder hacerlo otra vez y más cuando lo conozco tan bien.
—Sé que estás muy enojado ahora, pero tienes que escucharme —la oí hablar nuevamente—. Yo no podía decirte nada por que no me correspondía, solo fue eso. Nunca quise ocultarte algo tan importante.
¿Hace cuanto tiempo estarán saliendo?
—Entiendo que en este momento no quieras escucharme, pero solo te pido que lo pienses, por favor.
Ahora entiendo por qué siempre se ofrecía a llevarla, y también recuerdo que hace mucho tiempo los tres se iban juntos. Madita sea ¿Hace cuánto tiempo estaban ocultandome ésto?
—Adiós, Matt —siento como sus pasos se alejan lentamente y respiro profundo antes de recostar mi cabeza sobre la puerta.
Tengo tantas emociones juntas ahora mismo. No solo uno de mis mejores amigos me ocultó por meses que estaba saliendo con mi hermana, sino también mi novia estaba ocultándome algo tan importante como eso. Me siento enojado y decepcionado a la vez.
Melisa Wells.
Dejo caer mi celular en algún lugar de la cama y sujeto mi cabeza como un intento de tranquilizarme. Ya es la séptima vez que marco su número y se niega a responder, definitivamente, tengo que dejarlo refleccionar a solas un rato.
Las horas comienzan a pasar mientras yo permanezco mirando un punto fijo en el techo. Derrepente, un ruido en la planta baja se escucha, al parecer, es mi mamá quien recién veiene llegando. Miro la hora en mi celular y son cerca de las una de la madrugada.
Por un instante, pienso en llamar a Matthew nuevamente, pero me niego internamente. Mañana iré a visitarlo otra vez, cuando él esté mejor.
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My Girl-Boy. [Español]
Teen FictionMelisa Wells es una chica diferente a otras. Ella ha vivido encerrada con sus más grandes temores y, al parecer, nadie puede notarlo. En su vida, tiene impuesta una regla que por muchos años ha permanecido intacta; "No hombres en su vida". ¿Por qué...