Siento que el mundo se me cae a pedazos de repente, mi respiración va entre cortada. Él me mira sorprendido. En cuanto reacciono, tomo mi camiseta y me la pongo rápidamente, agacho mi cabeza, incapaz de pronunciar palabra.
— ¿Eres una chica? —cuestiona, en un hilo de voz.
Aprieto mis labios y tomo aire, forcejeo conmigo misma si salir corriendo o quedarme.
—Eres una chica —confirma. Esta vez sujeta su cabeza con ambas manos—. ¿Cómo es que...? ¡Por qué nos mientes! —eleva el tono de su voz. Yo me estremezco y doy un paso hacia atrás—. ¡Di algo!
— ¡No lo soy! —Suelto, trato de salir corriendo pero se interpone en la puerta—. ¡Déjame en paz!
— ¿Por qué les mientes a todos? —pregunta, ignorándome por completo.
— ¡Solo déjame, Matthew! —grito con todas mis fuerzas y pongo mis manos sobre su pecho, empujándolo.
Salgo corriendo del lugar y por suerte no me encuentro a los chicos en el camino. Siento que me persiguen y sé perfectamente quién es, trato de no cesar mis pasos. Sin notarlo, en un par de segundos las lágrimas inundan mis mejillas, sabía que esto pasaría en algún momento.
— ¡Espera! ¡Detente! —me dice Matthew. Alcanza mis pasos, y sujeta uno de mis brazos para detenerme.
—Suéltame, te juro que gritaré —digo, sin mirarlo a los ojos. El pánico corre por mi cuerpo.
— ¿Quién eres? —vuelve a decir, mientras me mira como a una completa extraña.
Veo un taxi venir y en cuestión de segundos, vuelvo a empujar a Matt, lo hago parar y me subo rápidamente. Siento mis manos temblar y no puedo dejar de llorar.
En cuanto llego a mi casa, subo las escaleras corriendo para evitar las preguntas de mi mamá.— ¿Melisa? —alcanzo a escuchar antes de cerrar la puerta de mi cuarto.
La escucho subir y dar unos golpes en la madera, pero los ignoro. Unos minutos después siento que baja, se queda un rato y vuelve a subir. A continuación otros leves golpes. Me levanto con cuidado y decido abrir la puerta.—Vete de aquí —trato de cerrar otra vez, pero su pie me lo impide. — ¡Qué quieres! —le grito.
— ¿Qué quiero? —Pregunta, con ironía—. ¡Eso está muy claro!
— ¿Dónde está mi madre?
—Salió en cuanto llegué.
Yo sólo asiento con la cabeza y siento las lágrimas sobre mi rostro nuevamente. Sé que tiene miles de preguntas que hacerme, pero no tengo la valentía de responderlas. Lo veo suspirar frustrado y vuelve a mirarme.
— ¿Por qué haces esto? —puedo oír en su voz firme la confusión y angustia.
Sujeto mi cabeza frustrada y siento un nudo en mi garganta. Mis manos siguen temblando con la sola idea de tenerlo aquí a solas cuando sabe que soy una chica.
— ¡Por qué te quedas callada! —me dice, elevando su voz molesto.
— ¡Me violaron! ¡Un maldito hombre abusó de mí cuando tenía trece años! —Suelto un grito y siento mi voz quebrada—. ¡Ahora, vete! —su expresión cambia completamente a sorprendido. Sé que está en shock—. ¡Vete!
Lo empujo con todas mis fuerzas hacia afuera, y esta vez, él no pone resistencia. Comienzo a sentarme en la alfombra de mi habitación lentamente, mis lágrimas no dejan de deslizarse por mi mejilla. Mi cuerpo está cada vez más débil.
Matthew Caden.
Me siento el hombre más estúpido del mundo en este momento. Cuando descubrí que era una chica, fue algo imposible de creer. Había convivido con alguien que no conocía por casi un mes. Es una chica. ¿Cuántas posibilidades tienes de que eso te pase? Creí que ella se acercaba a nosotros por algo malo, quizá quería lastimarlos o robarnos, no lo sé. Eso fue lo primero que imaginé.
Me grita lo que realmente le ha pasado y siento un nudo en el estómago. Tengo una hermana y por alguna razón sentí que me afectó. Me siento idiota por obligarla a decirme, y mucho más por pensar que era una especie de delincuente.
La escucho llorar y lo único que puedo hacer es dejarla sola.Salgo de su casa rápidamente, manejo hacia la mía con miles de pensamientos en mi cabeza. Llego a mi habitación por inercia, me siento sobre la cama, analizando todo lo que acaba de pasar.
"Por eso es diferente, por eso siempre usa gorra y ropa ancha, por eso era tan tímida y parecía que nos tenía miedo por eso, por qué es una chica y una lastimada, de la peor forma que puedes lastimar a una mujer".Tomo mi celular un segundo y leo el mensaje de Michael preguntándome donde estábamos. Claro, salimos de la universidad sin decirle a nada a nadie.
“Estamos bien, Nate se sintió mal y lo llevé a su casa, pero está bien”—Respondo.
Vuelvo a adentrarme en mis pensamientos, pero soy interrumpido nuevamente por el tono de mi celular. Me quedo mirando la pantalla de mi celular, desconcertado. Es el número de la madre de Mia. ¿Por qué me llama?
— ¿Hola? —respondo, con el ceño fruncido.
— ¡Matthew! —me dice la mujer, hablando amablemente—. ¿Mia está por ahí? La estuve llamando y no contesta.
Me quedo en silencio unos segundos.
— ¿Mia? ¿Dónde debería estar? —cuestiono, en un hilo de voz.
—Sí, Mia —confirma, hablando como si la respuesta fuera evidente—. Contigo, en España. Nos vinimos hace un mes a latinoamérica y Mia volvió contigo a España dos días después.
Me quedo en silencio un momento para analizar lo que acaba de decirme, respiro profundo y de repente siento como si estuvieran pegándome duro en la cara. Tengo un presentimiento ahora mismo y ruego por qué no sea lo que me estoy imaginando.
— ¿Matt? ¿Estás ahí? —la escucho decir, pero cuelgo la llamada.
Marco rápidamente el número de Mia y espero impacientemente a que ella conteste, lo hace al tercer sonido.
—Hola, mi amor —me dice, desde la otra línea.
Respido profundo «Actúa natural».
—Hola, Mia —trato de que mi voz no se quiebre en este momento—. Amor, ¿Dónde estás?
Pregunto y cierro los ojos, deseando no escuchar esa respuesta.
—En Francia, mi amor —suelta, despreocupada. Yo siento otra vez los golpes en mi cara—. Con mis padres, ya te lo dije.
—Oh, sí. —Trago, intentando sonar natural—. Mia, hablamos luego, tengo que hacer algo.
—Bien, me llamas luego, Te quiero —yo solo cierro mis ojos con fuerzas ante sus palabras y cuelgo la llamada.
“Mia volvió contigo a España dos días después”
“En Francia, mi amor. Con mis padres”
Sujeto mi cabeza frustrado y siento ganas de romper todo lo que tengo a mi alrededor. Me quedo sentado ahí por unos minutos y luego comienzo a buscar mis documentos y dinero. Salgo dando largas zancadas de mi casa, unas cuadras más lejos busco un taxi que me lleve al aeropuerto. En cuanto llego al lugar me acerco a la fila donde venden los boletos de avión.
Tal vez es una locura hacer esto, viajar sin previo aviso, pero la mayor parte de mi cuerpo en este momento no piensa con claridad, lo único que puedo imaginarme es por qué Mia me mintió, por qué me vio la cara de estúpido todo este tiempo, y sé que si voy al lugar donde está lo averiguaré fácilmente, aunque ver esto me haga mierda completamente.
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My Girl-Boy. [Español]
Teen FictionMelisa Wells es una chica diferente a otras. Ella ha vivido encerrada con sus más grandes temores y, al parecer, nadie puede notarlo. En su vida, tiene impuesta una regla que por muchos años ha permanecido intacta; "No hombres en su vida". ¿Por qué...