Capítulo 43: Juicio final

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[Sin editar]



Los músculos de mi cuerpo están completamente tensos. Presiono mis labios repetidas veces, sintiéndome cada vez más desesperada. Miro al frente, dónde se encuentra el juez ojeando algunos papeles. A tan solo unos cuántos metros está Nelson Kist, parece aún más demacrado con el tiempo. A mis espaldas está la sala que, por primera vez, está llena de personas.

Matthew desde lejos me hace un gesto con sus labios que interpreto como una sonrisa.

—Día deciséis de febrero del año dos mil dieciocho, última sesión del caso abierta. A continuación, leeré todos los sucesos presentados en este tribunal. Melisa Wells acusa a Nelson Kist de abuso hace nueve años, presentando con ella misma testigos de los hechos y documentos. Hasta la última sesión, aquéllos documentos deberían ser analizados para comprobar los hechos. A las acusaciones de la señorita aquí presente, se le ha sumado las declaraciones de, Elisa Verdugo y Victoria Coleman, que aseguran haber sufrido estafas y acoso de parte del acusado. En la última sesión, también se acordó comprobar aquéllo. Nelson Kist, ha permanecido detenido por la gravedad de sus acusaciones, sumándole el hecho de que intentó fugarse de la prisión hace unos días. Proseguimos y le doy inicio a la sesión —Levanta la vista sobre sus anteojos, y nos mira con rostro inexpresivo.

Al girar mi cabeza, me encuentro con sus ojos llenos de rabia observarme. Aprieto mi mandíbula, pero trato de verme fuerte para que no sienta como los nervios me consumen.
Vuelvo a mirar hacia atrás, todos prestan atención a las palabras que ahora dice Dylan. En la tercera fila, se encuentra la cabellera azulada de Victoria. Ella mira hacia al frente, con su aspecto de frialdad que ya la caracteriza.

—Los exámenes presentados por el doctor Elías Smith anteriormente han sido analizados y, dejan en evidencia que son totalmente verídicos —El juez asiente, ante las palabras de Dylan. Mis manos vuelven a sudar cuando mi amigo le entrega unos documentos y, junto a ellos, la carta—. Ha llegado a nuestras manos la acusación de la señora Margareth Olivares, ex cuñada de Nelson Kist. Quién nos entregó pruebas inéditas de que todo lo dicho en este tribunal por mi clienta son verdaderas acusaciones. También, tal como usted lo pidió, se ha investigado cuentas bancarias o transacciones de dinero utilizado por este hombre muy repentinos. Y como era de esperarse, él hace un tiempo gastó muchísimo dinero en un viaje fuera del país, pero no utilizó ningún medio para resguardar ese dinero. Por lo tanto, se deduce que todo lo maniobró en efectivo.

—Yo me tomé la libertad de pedir también que se investigara esa situación con el dinero —interfiere el juez, luego de oír atentamente las palabras de Dylan—. En mis documentos también hay registros de un viaje. Dígame, señor Nelson Kist, ¿Puede explicar en este juzgado de dónde sacó el dinero para este viaje?

—Trabajando, señor —se levanta de su silla, con rapidez. Los guardas alertan sus sentidos ante sus movimientos—. Yo tenía un trabajo y ahorré.

Su voz cínica me remueve el estómago por el desagrado. No entiendo cómo puede seguir mintiendo así.

—Según los cálculos hechos, el tiempo que usted trabajó ahí no equivalen al dinero que se gastó en dicho viaje. Dónde usted recorrió lugares de latinoamérica, ¿Qué buscaba en esos países? —la mirada interrogante del juez lo hace tragar con dificultad.

Él está atrapado y lo sabe, no le veo sentido a seguir negándolo.

—Viajar, conocer... Eso es todo.

—Entiendo —el juez asiente, con su rostro neutro. Parece no estar muy convencido, pero su profesionalismo lo hace quedarse en silencio. Revisa los documentos, y se queda unos largos segundos hojeando la carta y exámenes que le ha entrado Dylan—. ¿Dónde está la evidencia que se menciona en esta carta?

My Girl-Boy. [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora