—Tú eres el futuro psicólogo aquí, danos un consejo —bromea Dylan, dirigiéndose a mí.
—Respecto al amor no tengo consejos —niego, soltando una risa. El finge una cara de tristeza.
—Aquí el único enamoradito es Matt —comenta Michael, llevándose su lata de cerveza a su boca.
—Oh, ya van a empezar —gira los ojos, y mira hacia otro lado.
—Mia Edwards —suelta Alex, con un tono agudo y burlón.
«Oh, ¿Tiene novia?»
— ¿Tienes novia? —cuestiono, de repente. La respuesta parece evidente.
—Sí —sonríe, al responderme.
—Y la novia que tiene —Dylan aclara su garganta y luego disimuladamente hace una mueca.
—Vamos, déjenla en paz —pasa una de sus manos sobre su rostro. Parece conocer estos sermones.
—“No me gusta la carne, tiene mucha grasa y yo no puedo comerlas” —Michael imita una voz bastante aguda. Yo suelto una risita.
—Es una engreída —dice Alex, lo mira casi compadeciéndolo. Matt cambia su expresión, parece algo molesto—. Perdón amigo, te juro que he hecho de todo para soportarla, pero es que simplemente no puedo.
—Está bien, lo entiendo —gira los ojos, resignado—. Solo dejen de molestarla y ya está.
—Bien, bien —Dylan levanta las palmas de sus manos, en un gesto como de paz.
Yo hago un esfuerzo por sonreír porque en el fondo siento una chispa que me dice que esto me ha molestado esto. «Basta Melisa».
—Ya es tarde, creo que es hora de irme —Michael es el primero en levantarse del sillón. Bota su lata en un pequeño contenedor y vuelve donde nosotros.
—Yo te llevo —se levanta Matthew, repitiendo el gesto de su amigo—. Nate, ¿vienes?
Asiento con mi cabeza. Nos despedimos de los chicos y los tres salimos del edificio. Agradezco ser la primera a la que dejan en su casa, por lo que no tardo en bajar del auto y despedirme de ambos.
Abro la puerta de mi casa y en cuanto subo las escaleras y llego a mi habitación suelto una suspiro de frustración. Fui una tonta al aceptar ir con los chicos, pero de alguna manera me gusta la idea de pasar tiempo con ellos, me caen bien y es inevitable no depositarles cierta confianza. Tienen esa mirada en su rostro de “Puedes confiar en mi” y es la primera vez que esto me pasa, acostumbro a ser distante con todo el mundo.
Matthew Caden.
— ¿No vas a cenar, hijo? —pregunta mamá, en cuanto dejo colgadas detrás de la puerta principal. La miro, ella está leyendo uno de sus libros.
—No tengo hambre mamá —le digo, mientras me acerco a ella. Beso su mejilla, ella me sonríe de inmediato—. Luego me prepararé algo.
—De acuerdo cielo. Ah, espera, Matt —detengo mis pasos hacia la escaleras cuando la escucho—. Emma te quería pedir ayuda para un trabajo.
—Iré a verla.
Subo las escaleras, dirigiéndome primero a la habitación de mi hermana. Toco un par de veces, y luego escucho una voz y sus pasos acercarse. Cuando abre, la veo con su celular sobre su oído.
—Luego te hablo —le dice a la persona que está detrás del celular. Corta la llamada y me mira sonriendo— ¿Mamá te dijo?
—Sí, ¿En que necesitas ayuda? —pregunto, mientras me adentro en su habitación. Me siento sobre su cama, ella suelta un suspiro de frustración.
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My Girl-Boy. [Español]
Teen FictionMelisa Wells es una chica diferente a otras. Ella ha vivido encerrada con sus más grandes temores y, al parecer, nadie puede notarlo. En su vida, tiene impuesta una regla que por muchos años ha permanecido intacta; "No hombres en su vida". ¿Por qué...