Capítulo 34: My Girl Boy.

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[Sin editar]




Despierto al sentir un leve zumbido en mi celular indicando que tengo un nuevo mensaje. Es de mi padre diciendo que cuando pueda vaya a la empresa ya que tenía algo que mostrarme. Dejo otra vez el celular sobre la mesita de noche.

Tal vez luego iría.

Sonrío al ver a Melisa durmiendo plácidamente junto a mí. Ni siquiera sé como se separó de mí, porque lo último que recuerdo es dormirme con ella sobre mi pecho.
La observo detenidamente, cada parte de su rostro es perfecto, hasta dormida se ve hermosa. Me gustaría levantarme y prepararle el desayuno, pero lo más probable es que me quede horrible. Siento la necesidad de hacer algo por ella, me gustaría hacerle un regalo para que me recuerde siempre; y creo que ya sé cual será.
Respiro profundo y, por un momento recuerdo lo que sucedió anoche. La manera en la que me dejé llevar sin razonar lo que estaba haciendo. Me sentí un imbécil cuando la escuché quejarse, en ese momento creí que se alejaría de mi y era entendible, yo debería comprender todo lo que ella está pasando.

«Yo si quiero, pero no puedo» Sus palabras me hicieron comprender que aún tiene miedo, aún ve ese momento tan traumático en su mente y esa ha sido la razón de todos sus rechazos, empezando por los cuatro días que se mantuvo alejada de mí. Esos días fueron eternos, por un momento creí que lo nuestro se había terminado. Por más que intenté acercarme a ella lo único que recibí fueron rechazos, yo intenté comprender que eso se debía a que volvió a ver a ese hombre pero aún así me dolió bastante su comportamiento. Me sentí vacío sin ella y con tan solo cuatro días comprendí lo indispensable que es en vida, simplemente me acostumbré a estar con ella. Cuando tocó mi puerta y se disculpó no tardé en abrazarla nuevamente porque ¿A quién engañaba? Estaba muriendo por hacerlo.
Recuerdo su manera tan adorable de decirme que me quería y vuelvo a sonreír. Sí, ella me quiere y no tardé en responder que yo también lo hago por que es la verdad, yo la quiero. Ella supo ocupar un lugar en mi corazón sin darme cuenta, tal vez fue su apoyo constante hacia a mi que logró que me confundiera por completo, o sus ojos que desde el primer momento me han transmitido tanta paz, aquéllos ojos que lograron calmarme en tantas ocasiones. Cuando pienso en los momentos vividos a su lado se me revuelve el estómago, parezco un niño lo sé, pero es imposible no volver al pasado y recordar la primera vez que la conocí tal cual era, cuando me gritó todo lo que le sucedió. Desde ese momento supe que tenía que protegerla siempre, tal vez ahí no entendí el por qué verla llorar me rompió tanto el corazón, hasta ahora, que creo que me estoy enamorando de ella.

Me río despacio al ver que comienza a moverse y a buscarme con uno de sus brazos. Pongo mi mano sobre su mejilla y la acaricio suavemente. Luego de unos segundos, ella me sonríe y abre sus ojos con dificultad.

—¿Estás buscándome? —le pregunto, sonriendo con diversión. Ella suelta una leve risita y comienza a acercarse para poder aferrarse a mí.

—Por un momento olvidé que estaba aquí, pensé que todo había sido un sueño —apoya su cabeza sobre mi pecho y me mira desde la misma posición.

—No es un sueño —beso suavemente su cabeza—. Buenos días.

—Buenos días —me sonríe, dulcemente—. ¿Qué hora es?

Yo tomo mi celular que había dejado hace un rato sobre la mesita de noche y miro los números de la pantalla.

—Son las diez y veinte minutos.

—En una hora tengo una clase, debo ir a casa —suelta un suspiro, algo triste.

Yo asiento con la cabeza. Ella se sienta sobre la cama y me queda mirándola. Me siento algo extraño al darme cuenta que me gustaría decirle que no se fuera de aquí nunca.

My Girl-Boy. [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora