Capítulo 24: Me gustas como cuñada.

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[Sin editar]



Sábado.


La semana no fue tan estresante como otras. Muchos apuntes y estudios pero ningún exámen por el momento y eso me tranquiliza.
Hablé con Emma hace poco y quedamos en que nos encontraríamos en un café que hay en el centro comercial.
En cuanto llego al lugar entro buscando con la mirada Emma. Ella se encuentra sentada y golpea ligeramente sus largas uñas contra la mesa, parece nerviosa.

—Hola —le digo en cuanto estoy lo suficientemente cerca. Ella me sonríe y se levanta para besar mi mejilla—. Perdón la demora, el taxi se tardó.

—No te preocupes, no llegué hace mucho —me sonríe, nerviosa—. ¿Cómo estás?

—Muy bien, ¿y tú?

—Dentro de todo, bien —imite, sonriendo.

Una chica se acerca para tomar nuestros pedidos. Ambas pedimos un café de vainilla con galletas y la chica se retira diciendo que traería enseguida nuestros cafés.

—Matt te contó, ¿Verdad? —habla, nerviosa. Yo asiento con mi cabella, ella suspira aliviada—. Al menos nos saltaremos esa parte

—No te voy a presionar, tranquila —le sonrío para tranquilizarla.

Ella asiente con una sonrisa y en dos minutos la misma chica llega con nuestros cafés. Le agradecemos y se retira.

—Estoy muy nerviosa —confiesa, mientras le pone azúcar a su café—. Soy demasiado cerrada con todos y me cuesta hablar de esto.

Yo le sonrío. Recuerdo que una vez en primer año tuve que hacer un informe sobre una persona con algún trauma psicológico. El profesor me daba un problema y yo debía dar la posible solución y escribir un comentario de dos páginas sobre lo que haría si fuera un paciente real.

El problema que me tocó fue una chica con anorexia, y gracias a eso sé que puedo ayudar a Emma ahora. Me saqué una buena calificación esa vez y espero que esa calificación se vea reflejada en esto.

—Yo también soy muy cerrada con mis sentimientos —le digo—. Pero te ayudará a desahogarte un poco.

—Lo sé —asiente, elevando la comisura de sus labios.

—Bien, hablemos de algo simple, ¿Quieres empezar ya? —tomo la taza entre mis dedos y le doy un sorbo a mi café. Ella asiente— ¿Cómo te llevas con tu familia? ¿Tú mamá?

Las psicólogas en este momento anotan todo lo que el paciente les cuenta para hacer un análisis, pero yo aún no soy psicóloga y no quiero poner nerviosa a Emma escribiendo todo, mejor trataré de guardar sus palabras en mi memoria. Después de todo, sé que lo único que quiere es desahogarse, sin tratamientos y sin funcionar como un sistema todo.

—Muy bien —dice, soltando un suspiro—. Mi mamá es muy comprensiva y cariñosa, siempre a estado para mí a pesar de su trabajo. Nos llevamos muy bien

—Que bien —sonrío, dejando la taza en su lugar de nuevo—. ¿Y tú papá?

—Papá es un poco reservado con sus emociones, pero sé que es su forma de ser. Sé que siempre que necesite algo puedo contar con él —dice, sonriendo ligeramente. Toma su taza, y le da un sorbo.

—¿Matt? —pregunto cautelosamente, tratando de no sonar tan nerviosa al hablar de él.

—Siempre nos hemos llevado bien. Él es uno de esos hermanos sobreprotectores —suelta una risita y niega con la cabeza, divertida—. Pero es lindo que me cuide tanto.

—¿Alguna vez han tenido problemas con esa sobreprotección?

—No —me responde, de inmediato. Luego se detiene y hace una mueca—. pero si con las edades, hace años.

My Girl-Boy. [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora