Capítulo 19: Es lindo.

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[Sin editar]




Busco con la mirada el autobús que me indicó Leticia hace un rato. Las personas caminan llenas de maletas por la terminal y algunas abrazan a sus seres queridos.
No aguanto las ganas de ver a Leticia. Ella me llamó temprano diciendo que viajaría hoy a la ciudad, me emocioné bastante con la noticia, tanto, que falté a la universidad para llegar temprano a recibirla.

El sábado en la noche después de lo que pasó, me quedé un rato más en la casa de Matt y en cuando comenzó a aclarar, le pedí que me llevara a mi casa. Después de todo, no puedo evitar a mi mamá por siempre. Le dije lo que pasó y aunque me insistió que pusiera una denuncia, me negué. ¿Qué caso tiene? Solo me robaron un brazalete pequeño de oro que me regaló mi papá cuándo era niña y dinero, afortunadamente olvidaron mi celular cuando cayó al piso. Lo más importante es que resulté sana y salva de todo eso ¿No? bueno, solo algunos golpes.

Veo un autobús llegar y al instante me pongo de pie. Las personas comienzan a bajar y puedo distinguir a Leticia junto a Lucy luego de unos minuto. Sonrío y voy rápidamente donde ellas, para así abrazar a Leticia.

—Mi niña —susurra, cuando la tengo entre mis brazos—. Te extrañé mucho.

—Yo también a ti —le digo, sintiendo el aroma tan particular que ella tiene desde que soy una niña.

(…)

Bajo los peldaños de la escaleras con gran rapidez. En el camino, tomo mi bolso y busco mis zapatos para ponérmelos.

—¿Llegarás a la cena? —me pregunta Leticia, saliendo de la cocina.— Puedo cocinar algo.

—Llego tarde —me acerco hasta ella y dejo un par de besos sobre su mejilla—. Prepara algo, ya extraño tus comidas.

Le sonrío una vez más y salgo de mi casa prácticamente corriendo. Tomo el primer taxi que encuentro y, en unos minutos, estoy en la cafetería. Suspiro, aliviada. «Al menos no llegué tarde el primer día»

—¡Melisa! —me sonríe Clara, al oír el tintineo de la puerta—. ¿Estás lista? Por qué tenemos varios clientes que necesitan ser atendidos ya.

—Estoy lista —afirmo, mientras le sonrío.

Comienzo a seguir las indicaciones que ella me da. Trato de memorizar cosas, como sus precios o los tipos de pasteles que se encuentran a la venta. Debo admitir que me sorprende la cantidad de personas que llegan aquí diariamente. Piden pasteles para cumpleaños, regalos o simplemente llegan a tomar café y comer algo. Las horas se me pasaron rápido con todo lo que tengo que hacer, ya que solo somos dos chicas que atienden.

—Ya se pueden ir a casa —anuncia Clara. Miro mi reloj, son las seis de la tarde—. Vendrán otras chicas para el horario de la noche.

En cuanto escucho aquello, me quito el delantal de color rosa pálido y me acerco a lavar algunos platos antes de irme, no quiero dejar así.

—¿Te incomoda un poco el horario por las clases? —pregunta Clara. Me giro y me doy cuenta que está observándome.

—No, está bien —sonrío—. Tengo lo suficiente para ir a las clases y estudiar.

—Me alegro mucho porque debes acostumbrarte —comenta, sonriendo—. Así como vas, de seguro te contrato definitivo.

Le sonrío una vez más e intercambiamos algunas palabras antes de despedirme y volver a casa.
En cuanto abro la puerta, puedo sentir el delicioso olor de la comida de Leticia. Sonrío y me acerco a la cocina encontrándome a Lucy en la mesa con un lápiz y una hoja mientras garabateado mientras Leticia cocina.

My Girl-Boy. [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora