My Girl-Boy. [Español]

Capítulo 18: Quédate.

[Sin editar]

—¿Por qué me miras así? —me atrevo a preguntar. No soporto la incertidumbre.

Él me sigue mirando fijamente, tanto que puedo distinguir un leve color rojo por los efectos del alcohol.

—No lo sé, estoy muy borracho —suelta, quitando su expresión seria y comienza a reír. Suelto un suspiro y me uno a su risa, mientras niego con mi cabeza

—Iré al baño —informo, levantándome del sillón.

Camino entre las personas, empujando levemente a unos cuantos que bailan. Trato de caminar al baño, y suelto un suspiro al llegar. Cerrado.
¿Dónde haré ahora? De seguro en el baño hay alguna pareja haciendo sus cosas y no dejan entrar.

Demonios.

Vuelvo a caminar por las pista de baile. No puedo creer que el departamento de Alex esté tan destruído, le llevará horas limpiar todo este desastre. Me río ante ese pensamiento, cuando me detengo al ver a Matthew con esa chica. Ella le sonríe coqueteandole y él no se queda atrás. Veo como la chica se le acerca y besa su cuello lentamente, para luego llevar sus carnosos labios hasta los de Matt.
Muerdo mi labio inferior algo decepcionada y me doy la vuelta para alejarme de esa escena.

—Nate, ¿ya te vas? —escucho la voz de Michael sobre el gran volúmen de la música. Sólo reacciono a asentir con mi cabeza.

Salgo del departamento a pasos apresurados, chocando con el frío de la madrugada, ya que son cerca de las dos.
Camino por las calles tratando de no ir en oscuridad o por dónde no transiten vehículos. Busco con la mirada algún taxi, pero solo me encuentro con autos particulares. Mi celular suena en mi bolsillo, y yo lo saco distraída para no perder mi concentración en el camino.

—¿Diga? —levanto mi cuello para mirar mejor hacia la carretera. No veo más solo personas en autos.

—Melisa —escucho su voz, detrás de la otra línea—. ¿Dónde estás?

—Buscando un taxi —le respondo, tajante.

—¿Quieres que vaya por ti? —lo escucho, algo preocupado—. Es muy tarde.

—No te preocupes, ya encontraré... —me detengo, derepente al ver a dos hombres vestidos de negro acercarse a mi. Trago nerviosa, sintiendo el pánico en mi cuerpo.

—¿Melisa?

Me volteo y camino en dirección opuesta, pero para mi mala suerte, ellos siguen mis pasos.
Mi respiración se agita, siento que no respiro correctamente.

—Matthew... —mi voz suena temblorosa. Trago con fuerza para poder hablar bien—. Unos hombres me están siguiendo.

—¿¡Qué!? —lo escucho, exaltado.

—Matt, ayúdame —le digo, mientras comienzo a acelerar cada vez más mis pasos. Ellos continúan siguiéndome.

—¿Qué tan lejos estás?

—Dos calles y un poco más.

—Voy tratar de seguirte, corre hasta un lugar donde pueda verte. —me dice rápidamente. Él también se escucha agitado.

—Está bien —alcanzo a decir, antes de que unos brazos me sujeten con fuerza. Mi celular cae al piso.

—¡Entrégame todo lo que tienes! —me grita uno de ellos.

Me quedo en silencio, solo sintiendo los fuertes latidos de mi corazón.

—¡Rápido, imbécil! —me da un golpe en la cara, no puedo soportarlo. Caigo de rodillas al piso.