Capítulo 14: No merece estar libre.

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[Sin editar]


Le cuento lo que me pasó esa tarde. La manera asquerosa en la que ese hombre abusó de mí, y sobre Leticia, la mujer que me encontró luego de que todo eso pasó, que ella me cuidó, me ayudo a recuperarme y también a ocultar todo.

El parece sorprendido mientras escucha con atención. Mi voz tiembla ante mis palabras, casi no puedo controlar mi llanto.

—¿Que pasó con él? —pregunta mirándome de frente. Él me habla con cautela, como si no quisiera decir algo incorrecto. Respiro profundo y niego con mi cabeza.

—No lo sé —susurro.

—Espera... —se detiene un momento para pensar, luego continúa—. ¿Quiere decir que está libre?

—Al parecer sí. La última vez que lo ví yo tenía dieciséis años. —Levanto la vista para mirarlo a los ojos—. Al verlo otra vez ese trauma volvió a mi y fue cuando comencé a vestirme cómo un chico.

Suelta un suspiro y se pasa una mano por su cabello algo frustrado. Vuelve a mirarme.

—¿Tu mamá lo sabe? —pregunta, yo niego con mi cabeza. Él vuelve a respirar frustrado—. Esto es muy fuerte.

—No puedes decirle a nadie —susurro, mientras lo miro—. Por favor.

Su vista se concentra en mis ojos, tanto, que me siento nerviosa por un momento.

—No se lo diré a nadie, pero tú deberías hacerlo —me dice, luego de unos segundos. Siento mi cuerpo tenso al oírlo decir aquello—. Ese hombre no se merece estar libre después de lo que te hizo.

Yo solo agacho la cabeza y seco algunos restos de mis lágrimas.

—No podría pasar por todo ese asunto legal —niego con la cabeza y trago, con dificultad—. No podría volver a verlo. Aparte no tengo pruebas ni el apoyo de nadie, ni mi madre lo sabe. No, es imposible.

Comienzo a negar repetidas veces con la cabeza y siento mis ojos húmedos nuevamente.

—Ya, tranquila —susurra—. No llores más, por favor. No te obligo... —respira profundo y hace una pausa—. pero deberías pensarlo.

Solo asiento con la cabeza, aunque estoy segura que por más que lo piense, no cambiaré de opinión.

—¿Los chicos preguntaron por mí hoy? —me pregunta. Respiro profundo y, a decir verdad, agradezco el cambio de tema.

—Sí, pero no les dije nada. —le digo, secandos mis lágrimas nuevamente—. ¿Irás mañana?

—Tengo que ir, la vida sigue —me sonríe, con melancolía. Yo solo asiento con mi cabeza.

—Tengo que irme ya —se levanta del sillón. Yo imito sus acciones, y veo que comienza a caminar lentamente hacia la puerta principal—. Gracias por contarme todo eso...

Puedo notar que arrastra sus palabras al hablarme. ¿Acaso siente pena por mí? ¿Asco?

—Adiós —le digo, desviando mi vista e intentando ignorar su comportamiento.

—Adiós —susurra. Me da una última mirada, y se marcha.

Cierro la puerta y suelto un suspiro, antes de sentir las lágrimas sobre mi rostro nuevamente. Tal vez no debí contarle todo lo que me pasó, me asusta lo que pueda pasar ahora o lo que esté pensando de mí. Quizás creerá que me busqué aquello por salir de casa a escondidas. Hasta yo misma me he culpado todo este tiempo por eso, ¿Por qué él no lo haría?

Me siento rota nuevamente.






Matthew Caden.


My Girl-Boy. [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora