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Otabek iba sobre la moto circulando por las callejuelas. Iba perdido en sus pensamientos, disfrutando del viento que golpeaba su cara.

Desde que lo había vuelto a ver, no podía quitarse a Yuri de la cabeza. Recordaba con claridad aquella clase de ballet en la cual era incapaz de mantenerse quieto con la pierna estirada. Frustrado, bajó la cabeza y cuando la alzó vió a un niño rubio que se mantenía. El chico lo miró, y Otabek vió en sus ojos la mirada de un soldado.

Desde entonces, no había día en que no observara a Yuri, sus movimientos, su perfección. Pero llegó el día en que tuvo que marcharse, y aquel muchacho rubio se convirtió en su inspiración, su modelo a seguir. No había día en el que no lo recordara. Le había guiado hacia donde estaba. Había sido su luz. Su guerrero de la luz...

Y desde que lo había vuelto a ver en la competición, el sentimiento de querer verlo había aumentado. Pero, ¿por qué?

Algo distrajo su atención. Unas chicas gritaban. Incluso una dijo que podía oler el olor de ¿Yuratchka? Yuri... Era era él. Y esas locas lo perseguían.

Se dejó guiar por el ruido y lo encontró; un asustado Yuri se escondía de ellas. No se lo pensó dos veces.

-¡Yuri, sube! -le lanzó un casco que el chico atrapó.

Lo miró desconcertado y extrañado.

-¡Vamos!

Yuri echó un vistazo hacia atrás y tras comprobar que esas locas lo habían visto, corrió hacia la moto y subió de un salto. Mientras huían de ellas, escucharon las cámaras digitales y del móvil sonando a sus espaldas.

Otabek se puso algo nervioso. Aunque Yuri no estaba agarrado a su espalda, notaba su presencia y como este dirigía su mirada a algo que no era él.

...

Por fin pararon. Yuri bajó de un salto y siguió a su "salvador" por unas escaleras hasta llegar a lo alto del mirador. La vista, a esa hora, era preciosa.

Yuri se preguntaba por qué Otabek le había echado una mano. Se decía de Altin que no quería nada con sus rivales. ¿Por qué con él había sido distinto?

-¿Por qué me has ayudado? ¿No se supone que somos rivales?

La repuesta que recibió no lo dejó satisfecho. Y la breve conversación de después tampoco. Sin embargo, hubo algo que lo pilló por sorpresa.

-Entonces, ¿quieres que seamos amigos o no?-dijo mirándolo con su seriedad de siempre.

Yuri asintió, sorprendido, y le sonrió. Otabek le tendió la mano y Yuri se la estrechó, dejando de fondo un bello atardecer que iluminaba sus rostros.

¿Qué es el amor? (Otabek x Yuri x JJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora