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Cuando Otabek notó la presencia de Emil, no se movió. Solo se quedó con la vista fija en aquel cielo nocturno, aunque con desgana. Pero ya que había oscurecido tan pronto, había que aprovechar el tiempo.

-¿Qué haces? -preguntó Emil-

-Intento averiguar que ve Yuri de especial en cielo de noche. Al llegar de la fiesta escuché como Micky se quejaba del frío y le obliga a irse a dormir. Supongo que estaría despierto observado esto -hizo un gesto con la cabeza hacia el cielo-.

-Ah, bueno...  Y, ¿ha ido tan mal?

Otabek siguió sin mirarlo.

-Me preocupé tanto por lo que sentía yo mismo y me empeñé en creer que me odiaba, que no fui capaz de ver el daño que le hacia. No voy a intentarlo más.

-¿Y si Yuri cambiara de opinión? ¿Te arriesgarías?

-Si tuviera una sola oportunidad
-Otabek lo miró-, la aprovecharía sin dudarlo.

Emil sonrió.

-Entonces no te rindas aún. Si no eres objetivo, no la verás venir. Y yo haré lo mismo. No perderé a Micky tan rápido.

Otabek también sonrió, aunque el gesto triste aún seguía en él.

-Supongo que no tengo más remedio. Si no abandonas, yo tampoco.

Emil asintió.

Y se quedaron allí, un rato más, hasta que Emil fue capaz de convencer a Otabek de entrar a la casa tras numerosos pucheros y estirones de brazo.

...

Kot había observado con gran interés la escena que acababa de ocurrir en la terraza. Aunque no estuvo durante la discusión de su dueño y ese Otabek, podía imaginar lo que había ocurrido. Conocía lo bastante al amo para saber que le habría dicho al Otabek ese.

También sabía que su amo se equivocaba. Pero, ¿qué iba a hacer él al respecto? Solo era un gato, uno muy listo, aunque incapaz de hablar con humanos.

Apoyó su peso en las patas traseras y se estiró todo lo que pudo.

Esos dos ya estaban apañados, solo le faltaba ver cómo estaría el Chris ese. No quería fallarle al amigo del amo.

Entró al comedor y no le faltó tiempo para percibir el estado del humano. Triste. Le ordenó al perro Makkachin que se acostara a un lado de ese Chris, él lo haría al otro. Kot era incapaz de decir nada, pero podía ofrecer cariño y obligar al perro a hacer lo mismo.

...

-Yuri y Micky no cenan con nosotros -informó Vicktor-. Han visto un restaurante indio y les ha entrado curiosidad, aunque podían haber avisado...

-Seguro que es porque se les ha olvidado -soltó Chris con sarcasmo. Kot se movió a su lado-.

-Chris -suspiró Yuri-, llevas toda la tarde muy raro.

-No sé por qué, pero esto me ha parecido triste...

Lo dijo tan bajo que nadie lo escuchó (quizá el gato, que se revolvió a su lado). Y esa era su idea cuando lo hizo. Aquel comentario en su historia de Wattpad lo había dejado destrozado. Le había recordado como estaba la cosa con Val, triste. Ni una llamada, ni un mensaje, ni un "te quiero". Y él estaba cansado de seguir intentándolo. Ya no iba a seguir más con aquello. Pero hasta que todo se tranquilizara, seguiría así, decepcionado con el mundo.

Fue la cena más tranquila que había tenido desde su llegada a Barcelona. Él estaba decaído. Yuuri, el tierno Yuuri, se sentía cortado por la situación. Vicktor era el único que intentó sacar algún tema de conversación, pero acabó por rendirse y comer en silencio. Otabek y Emil también se mantenían calladitos. Y no había que ser adivino para saber que la causa eran Yuri y Micky. Y no por que simplemente los extrañaran. Y hablando de ese par de cabezotas... hacía tiempo que no se interesaba por sus vidas. Tal vez debería hablar con ellos, ser un poco egoísta. Quizá verlos en una mala situación lo reconfortaba. Quizá si ellos lo veían en su mal estado lo animaban. Quizá podían consolarse entre los tres. Esos dos ya le habían ayudado aquel día en el baño, cuando solo quería desaparecer.

¿Qué es el amor? (Otabek x Yuri x JJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora