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Habían pasado dos días desde que Otabek se le había declarado a Yuri. No habían hablado desde entonces. Otabek estaba nervioso, ¿qué pensaría Yuri de él? ¿Estaría enfadado? ¿triste? ¿confuso? Una cosa estaba clara, lo estaba evitando. Cada vez que coincidían en el comedor o en la recepción, el ruso desaparecía. Esa dichosa tarde, más que planearlo, había sido un impulso. Huir de esas fans locas había sido divertido... y verlo con esa dulce sonrisa, esos brillantes ojos verdes y aquel pelo rubio enmarcando su rostro... Quiso besarlo. Decidió hacerlo. Pero Yuri lo detuvo. Se apartó de él. Después de dejarse llevar y meditar todo lo que habían pasado juntos, aquellos celos contra JJ, los suspiros que exhalaba al pensar en él... no puedo evitar decir las palabras que tanto le había costado asimilar: "te quiero". Incluso había soñado con él. Había estado enamorado antes; sabía lo que sentía por él, no era solo imaginación. Solo había una diferencia, esta vez era más fuerte. Algo que arrastraba de tiempo atrás. Se había arriesgado, y había perdido. Seguro que Yuri querría pasar de él, pero él había decidido quedarse. Se quedaba para pasar con él, o al menos saber que estaba cerca, el máximo tiempo posible antes de volver a Kazajstán, y perder de nuevo a su guerrero de luz.

Estaba cansado de compaderse de sí mismo. Decidió ir a dar un paseo para despejar su mente antes de la cena de Noche Vieja que había organizado Vicktor. Bajó a la calle y llegó junto a la moto de alquiler. Se colocó el casco y subió al vehículo echando un último vistazo al hotel, sin percatarse de que cierto rubio lo miraba desde la ventana de su cuarto.

...

Yuri se alejó de ventana y se tumbó sobre la cama. Estaba confundido. ¿Le gustaba Otabek o solo era una proyección de lo que quería sentir por alguien? Se había pasado dos días pensando sobre el tema. Cada vez que veía a Otabek, huía de él, pero cuando no estaba cerca, solo quería verlo. Todo había sido muy rápido; solo habían hablado aquel día que escapaba de sus fans, aunque se habían visto antes. ¿En cinco o seis días te podía gustar alguien?

En medio de este dilema interior, alguien llamó a la puerta. Se levantó de la cama y abrió la puerta. Era Vicktor. Se apartó de la puerta y dejó que entrara.

-¿Qué? -le espetó-

-¿Qué te vas a poner esta noche para mi cena?

-Pues lo que llevo ahora.

Se alejó para que Vicktor viera su atuendo: una sudadera con un tigre, como no, pantalones de chándal y zapatillas.

-Al menos ponte vaqueros. Y una americana.

-No quiero. Además, solo somos once. Todos conocidos.

-En realidad doce; Chris trae a alguien. Va, porfa... -Vicktor juntó sus manos y se colocó delante del chico- Prometo no ser tan sobreprotector.

-Vale... -dijo de mala gana-. Más te vale cumplirlo.

Alguien más llamó a su puerta. Yuri bufó y se acercó a ver quien era su nuevo invitado. Mientras tanto, Vicktor se sentó en otra silla. Era Michele Crispino.

-¿Michele? -dijo Vicktor sorprendido- No sabía que érais amigos.

-Y no lo solos -dijeron ambos-.

Michele se tiró al suelo y agarró del brazo a Yuri.

-Por favor, se mi espía. Eres discreto y hábil.

-¿Cómo? -dijeron ambos rusos al unísono.

-Necesito que sigas a Sara esta tarde. Ha quedado con alguien y seguro que es el idiota de Emil.

-No -dijo Yuri firmemente-.

Michele sacó de la bolsa que llevaba una sudadera con el cuerpo de un tigre que empezaba por delante y terminaba en la espalda. Yuri pensó que era preciosa.

-Solo hasta que veas con quien se encuentra y donde. Me mandas un mensaje y en cuanto llegue yo, te doy la sudadera.

Yuri no quería hacerlo, pero era tan chula... tan molona... tan... tan...

-De acuerdo.

Michele le tendió la mano y Yuri se la estrechó. Era un trato cerrado.

-Pero aseguraos de llegar los cuatro a tiempo. Y Yuri, vístete decente cuando vallas a seguirla por si no te da tiempo a cambiarte.

-Vale, mamá -dijo pesadamente-.

Michele le dio su número a Yuri y salió de la habitación feliz. Yuri esperó a que Vicktor se fuera. Pero él simplemente lo miró curioso.

-¿Te has peleado con tu amigo? No os he visto juntos últimamente.

-Algo así -dijo Yuri cruzando sus brazos-.

-Entonces mejor os cambio de sitio. Acuérdate de que la cena es a las nueve, no llegues tarde.

-Que sí, viejo pesado.

Vicktor se fue y Yuri se quedó solo. Al menos esta tarde no tendría tiempo de pensar en Otabek.

...
Moraleja: fíjate en los gustos (en el caso de Yuri, debilidad​) de las personas que te rodean. Nunca se sabe cuando necesitarás sobornarlas. :)

¿Qué es el amor? (Otabek x Yuri x JJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora