¿Qué es el amor? (Otabek x Yuri x JJ)

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Yuri
Otabek
JJ

Yuri se quedó pensando en lo que había hablado con Mila. A pesar de que le molestaba admitirlo, tenía ciertas similitudes con su caso. Odiaba a Otabek, pero ¿para que engañarse? Lo quería. Aunque mirándolo por otra parte, Yuri no dijo nada ese día, ni el siguiente. Él y Otabek nunca se prometieron nada, no llegaron a ser más que amigos. Pero el orgullo adolescente de Yuri se hirió a la vez que su corazoncito se hacía añicos tras aquella escenita del demonio. Solo tardó en darse cuenta de ello, cargándose su amistad en el proceso. Cuanto más tiempo pasaba, más difícil era recuperar aquello. Y ya no había vuelta atrás.

Algo hizo "clic" en su cabeza. ¿Y si se hacía amigo del imbécil de nuevo? No sería como antes, pero a lo mejor conseguía deshacerse de esa sensación, como si alguien te apretara el corazón y te diera alguna que otra nausea.

Se rió para si mismo. El amor le daban ganas de vomitar. Era como cuando eras pequeño y deseabas estar enfermo para no ir a la escuela, pero una vez malo, te tocaba ir al médico y te maldecías a ti mismo. Pues con el amor igual. Quieres enamorarte hasta que alguien te rompe el corazón y te sientes idiota por haberlo hecho.

Prestó más atención a la nueva canción que sonaba de fondo. Se había quedado mucho tiempo en la inopia. "You're beautiful, you're beautiful. It's true..." llenaba la escena. Ya era casualidad que al mirar a toda la multitud, la primera cara que reconociera fuera la de Otabek. Se aplaudió a si mismo en su mente.

Al parecer, Sara había agarrado a Micky abandonando a Emil. Y este, en sus ansías de ¿bondad? ¿alegría? ¿eufória? se decantó por Otabek. Con su mirada, siguió los pasos del kazajo. Bailaba fatal el pobre. Tenía la coordinación de un pato. Ya había pisado dos veces a Emil.
No pudo resistirse.

-¡Otabek, bailas como el culo!

Emil comenzó a reírse mientras​ Otabek parecía avergonzarse. No lo entendía. ¿Por qué? ¿Eso era bueno o malo?

-¿A que venía eso? -le susurró a Emil-

-No te quejes. Te acaba de hablar. Parecía amistoso. Estaba sonriendo.

-No se que pensar -suspiró Otabek-. El otro día me quería. Luego pasa de mí. Entonces discute conmigo sobre el amor. Y ahora parece querer bromear. Los adolescentes son lo pe...

-¡Ay! Tío, tercera vez. Si es que tiene razón.

-Pues no haberme arrastrado hasta aquí -dijo mosqueado-. Yo estaba bien de observador.

-La idea ha sido de Sara. Además, sabes que yo preferiría mil veces a Micky.

-¡Ay! -Emil se puso a cogear-

-Ese ha sido a posta -dijo con reencor-. Por listo.

En otra parte de la sala, Sara corría agarrada a la mano de Micky en dirección a Yuri.

-¡Chicos, os nombro pareja de baile! Los pies me están matando.

Y los empujó a la pista muy descaradamente. Ambos fueron a salir de ella, pero Vicktor, con su vista de alcón, los agarró a ambos.

-Sin excusa no se sale.

Y tras recibir numerosas miradas de Sara, Vicktor y cualquiera que pasaba cerca, se vieron obligados a bailar un vals.

-¿Qué tal la peste?

-¿Cómo?

-Pues que huyes de Emil como si lo fuera.