Habían pasado tres meses desde aquella cena del fin de año cuando Yuri encontró una carta en su buzón dirigida a su nombre. Debería haberla recogido hace unos dos días, pero los había pasado con su abuelo porque sus padres habían salido de viaje por temas de negocio. Era algo habitual. Solía quedarse con él, pero a veces prefería quedarse solo. Así que el gato que tenía, Kot, vivía en casa de su abuelo la mayor parte del tiempo.
La dirección estaba escrita a mano con una caligrafía muy currada. Era una invitación. Una de boda para ser más exacto. De Yuuri y Vicktor si se necesitan más detalles. Estaba hecha a ordenador, aunque detrás había algo escrito a mano. Comenzó a leer.
Lugar: Barcelona, España. Quedaremos delante de la Sagrada Familia y desde allí nos dirigiremos al restaurante donde se celebrará la boda y tendrá lugar el banquete.
Fecha: 24 de Abril
Hora: 11:00
Lugar de alojamiento: corre de su cuenta, donde prefiera. Nosotros NO queremos regalo.
¡Esperamos su asistencia!
(Llame para confirmar)Le dio la vuelta a la tarjeta.
Yurio, tú estás invitado a la fiesta de despedida de soltero acta para menores. Se celebrará la noche del 22 para el día de la boda ir frescos. Si tus padres no pueden venir, tráete a tu abuelo. Si no, puedes quedarte con nosotros. Hemos decidido alquilar una casa con espacio suficiente por si acabamos cenando después del banquete. Y hay habitaciones de más. También queremos quedarnos una semana más en Barcelona con algunos amigos antes de la luna de miel. Estás también invitado.
Un beso,
tus amigos/cuidadores.Un escalofrío recorrió su espalda. Ninguno nunca le había dado un beso. A lo mejor... no sé... ¿la formalidad?¿lo normal?¿o la pluma? No le dio vueltas al tema.
Llamó a sus padres para que estos le confirmaran que no podrían asistir a la boda y darle su permiso para ir él solo y quedarse la semana extra. Con o sin su abuelo. Sus padres habían conocido tiempo atrás a Vicktor y lo consideraban lo bastante cercano y responsable para cuidar de él. Entonces, llamó a su abuelo. También se espera su respuesta, pero tenía que comprobarlo. El abuelo Nikolai prefería quedarse en su casa. Estaba mayor para esos traqueteos según él. Así que por los visto, estaría a cargo de Vicktor, de nuevo. La única razón por la que iba es que ya había hablado con JJ y Micky, y ellos dos iban a ir. Llamó a Vicktor:
-Ey, Yurio, dime.
-Qué sí que voy a la boda. Pero te toca acogerme -oyó de fondo la voz de Yuuri preguntando que quería y los ladridos de Makkachin-. Aunque puedo quedarme en un hotel mientras mis padres no lo sepan..
-No, hombre, con nosotros. Pero nosotros iremos antes para comprar lo que haga falta. ¿Te recojo en el aeropuerto?
-Vale, ya te cuento cuando tienes que venir.
-Vale. Y Yurio, gracias por venir -pudo notar como Vicktor sonreía a través del teléfono-.
-De nada. Ah... ¿puedo llevar a mi gato? -oyó como Vicktor lo consultaba con el tazón-
-No hay problema, pero estará Makkachin. Aunque nunca le ha hecho nada a un gato.
-Ni mi gato a un perro. Bueno... dale recuerdos a Yuuri. Adiós.
-Sí, adiós.
Yuri colgó. Pues ya estaba echo. Solo le quedaba buscar un vuelo de avión. Y negociar la estancia en un hotel la noche de bodas. No quería arriesgarse (lo entendéis, ¿no?). El único problema que había era Otabek Altin y su presencia. Desde esa noche, no había vuelto a saber nada él. Alguna vez había pensado en llamarlo... ¿Para qué? Se preguntaba. No eran nada. Lo típico de preguntar como le iba sería estúpido; una excusa barata para oir de nuevo su voz. Pero Otabek le había mentido. Y lo peor de todo es que había caído en su juego. Al principio hizo caso del consejo de JJ, pero no fue suficiente. Él seguía en su mente, haciendo que su rencor aumentara.
Y aún era peor.
Durante ese tiempo había conocido a una chica fantástica, Dasha. Habían sido amigos durante un mes, y estuvieron unos dos meses saliendo como novios, pero... Yuri se dio cuenta de que tenía sentimientos encontrados hacia Otabek. Su corazón latía más rápido cuando recordaba aquella escena de Barcelona y aquellas dos simples palabras que cambiaron su mundo. Rememoraba sus conversaciones anteriores a la fatídica tarde y sonreía para sus adentros. Incluso cuando patinaba, él estaba en su cabeza, mirándolo con aquellos hermosos ojos pardos. Entonces, por su mente pasaba el recuerdo de aquella mujer besándose con Otabek y lo que su corazón albergaba era odio. Por él, por su engaño. Por hacerle cree que lo quería y por conseguir que Yuri acabara sintiendo aquel incórdio del amor. Lo odiaba por haber generado en él la chispa del amor.
Y por impedir a otra persona encenderla en su interior.
Una tarde se volvió a hacer aquella pregunta a la que no encontraba respuesta. ¿Qué es el amor? Y supo que no era suficiente para Dasha, ella merecía algo mucho mejor, alguien que solo tuviese ojos para ella. Y al parecer, ella pensó lo mismo.
A sus dieciséis años, una tarde lluviosa de abril, en una fría Rusia, con el fiel Kot pegado a él, su primera novia lo dejó.
-Yura... yo te quiero mucho, me lo paso muy bien contigo, no me arrepiento de lo que hemos hecho, pero deberíamos dejarlo. Quiero que seamos amigos, que no perdamos el contacto. Pero siento que no soy suficiente para ti, y que tú no lo eres para mi.
-Estoy de acuerdo contigo -se acostó sobre su cama-. Hemos conectado muy bien, pero como amigos. Ambos necesitamos otras personas.
-¿Entonces no estas enfadado?
-Para nada, me quitas un peso de encima.
-¿Me estás diciendo que no sientes nada por mi, Yuratchka Plisetsky?
-No -Yuri se asustó, pero Dasha le sonrío-, digo que la chispa se ha apagado, pero todo lo que sé de ti me gusta y no quiero perderte. Que me digas que quieres que seamos amigos es lo mejor para ambos, creo.
-Estoy de acuerdo.
Yuri le extendió la mano.
-¿Amigos?
Dasha se la estrechó.
-Amigo mío, pienso seguir viendo comer a tu casa. Por no hablar de Kot, exijo verlo una vez a la semana.
Yuri sonrió. Dasha era una chica increíble.
A esa misma chica, una semana después, le estaba enviando un mensaje para avisar que estaba a punto de coger el avión. Tras enviarlo, apagó el móvil y lo guardó en el móvil. Le esperaba un largo viaje de reflexión, no tenía nada que hacer. Se había dejado el libro en la maleta; eso le pasaba por ir de sobrado y no coger equipaje de mano. Si es que ahora su cabeza estaba en otros temas.
O en otra persona mejor dicho. Aquella que no le dejaba seguir adelante. Aquella que le mintió. Aquella que podría ser su perdición...
...
Y hasta aquí el capítulo de hoy. :)Y Dasha... Dasha... Ahí está ella, en Rusia.
Y Kot, el querido gato de única aparición en el anime (o eso creo), va a tener su trocito de cielo. ฅ'ω'ฅ
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¿Qué es el amor? (Otabek x Yuri x JJ)
FanfictionCurioso, ¿no? Hay personas que ocultan sus sentimientos. No los quieren aceptar. Les dan vergüenza. Les dan miedo. Como le ocurre a Jean-Jacquets Leroy, o el gran JJ King para sus fans, quien esconde un secreto, un zumbido constante en su oreja que...