E s p e c i a l 4

263K 39.9K 8.7K
                                    

Gatos... Los aduru <3

Otra vez está allí, observándolo con sus enormes ojos azulados, confrontándolo, moviendo su boca, sentado como si fuese el rey. Qué creación del diablo y qué descaro el osar a adueñarse de lo que no es suyo. Es un infame que busca hacerle perder los estribos en cualquier momento. Sabe qué le provoca. Sabe que tiene una ventaja. Es alguien astuto, pero subestimado. Las demás personas lo ven como un animal, sin embargo, no lo es. Es un monstruo que pretende dominar el planeta.

A veces lo ha encontrado asomándose por la ventana, viendo a los demás seres de su especie como si tramaran algo. Si uno es peligroso, en masa serán la muerte segura para la humanidad... Si es que ésta no se va por el retrete por sus propios medios (cosa que no dudo).

Ahora, el felino del demonio ha tomado el gusto de sentarse en su cama cada vez que va a cepillarme los dientes. No sabe qué artimaña hace para lograr entrar a su cuarto, inclusive las veces que se ha asegurado de cerrar la puerta antes de salir.

No hay caso, el felino que lleva por nombre Cutro siempre se las arregla para lamer sus partes y acomodarse en la cama de Felix.

La rivalidad, el juego de miradas. Ambos contrincantes alzan sus estandartes dispuestos a luchar por el territorio. Solo puede haber un vencedor, y ninguno quiere ceder. La contienda es desigual: el felino creado por el mismo diablo tiene una mirada que ve a través del alma de su enemigo... y unas garras afiladas. Pero Felix tiene un almohadón y su voz para sacarlo.

Olviden lo de la voz, el muchachito es demasiado orgulloso para que alguien se entere que tiene una disputa de territorio con un gato que no le llega ni a las rodillas.

Otras miradas intensas que descargan chispas. Felix eleva su arma letal para impactarla contra la cama.

No pasa nada. Tal acción ni inmuta al felino peludo que gozando de su miedo, continúa la rutina de limpieza.

Otro golpe se estampa contra la cama, esta vez mucho más cerca de la cosa peluda. El felino reacciona y se echa hacia atrás, girando de lado a lado como una burla hacia el humano que está muerto de miedo y rabia.

Un golpe más, uno que golpea la pata del gato.

Mala idea. Muuuuy mala idea. El feroz felino hambriento de sangre y libertad da un salto sobre la almohada para luego engrifarse muerto de ira. En ese juego de territorio, siempre lleva la delantera aquel felino con malas intenciones, que a todos le mueve la cosa y busca amor.

La orquesta queda en silencio. El gato defendiendo lo que es suyo desde antes ha ganado.



Esto lo tenía hace rato y nunca lo subí.

#CutroRules

Un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora