Pekín, CHINA - Septiembre 2041 (Traducción del chino mandarín)

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El presidente chino Ho Shungi mezclaba un polvillo blanco con el agua que le había dejado su asesor sobre el escritorio.

—Sí, aquí también han llegado miles de dosis de vacuna —dijo el primer ministro japonés, Kinoto Amigoshi, desde la pantalla gigante—. Pero tengo entendido que China ha recibido más.

—Sí, eso es correcto —contestó el presidente chino—. Asumo que depende esto de la cantidad de población de cada país. Corea ha recibido aún menos, ¿no es verdad?

—Sí, es verdad —dijo el presidente de Corea, Huki Mokuki.

—De todos modos, mis científicos están produciendo la vacuna a un ritmo acelerado, aquí en el mismo Japón —dijo el señor Amigoshi.

—Sí, aquí ocurre lo mismo. Rusia nos ha enviado la "receta" y en eso estamos —dijo el señor Shungi—. De todas formas, no tengo ningún apuro en vacunar a la población. China está muy poblada y esto de verdad es un problema serio.

—Coincido con usted —dijo el primer ministro japonés—. Es claro que Japón está lejos de tener los números demográficos que tiene China, ¡pero nuestro territorio es demasiado pequeño! No hay espacio para respirar.

—Lo mismo ocurre en Corea —dijo Huki Mokuki—. Somos casi noventa millones de personas, pero un territorio mucho más pequeño que el japonés.

—Bueno, bueno, no se preocupen que con este virus estamos solucionando el problema demográfico magníficamente —dijo el presidente chino con una sonrisa. Sus dos interlocutores sonrieron también y movieron afirmativamente la cabeza.

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