—¡AAAHHH!
Abro los ojos de golpe al escuchar tal alarma. Eso definitivamente fue un grito de mi mamá; me levanto en seco y salgo de mi cuarto corriendo, tratando de hacer nítida mi vista restregándome los ojos con mis puños.
—¿Qué? ¿Qué es? ¿Qué tienes?
Un fuerte e irritante aroma me muerde los pulmones. No otra vez...
—¡Alejandra! ¡Mira lo que hizo tu gato!
Camino con cuidado, descalza, cuando veo un pedazo de tela roja tirada en el suelo a los pies de mi mamá.
—¿Un trapo? —pregunto, cubriéndome la nariz con mi antebrazo.
—¡Este trapo —reprocha mientras lo toma de una punta y lo levanta—, lo iba a usar en la fiesta de Armando!
Cierto, la fiesta de Armando es en tres días. Oh, rayos.
—¡Tu pinche gato gordo lo rompió y lo orinó!
Busco a Toncho por todos lados, pero no veo nada. Las puertas están abiertas, al igual que el cancel. ¿Qu—
—Ni te apures —señala—. Lo metí a su jaula.
Miro la caja gris, y puedo por unos momentos ver a un gato tratando de jugar y siendo regañado por lo que hizo. Es un animal, no entiende mucho, pero tratándose de él, lo hace. Es un gato muy perspicaz.
—Ale, si esto sigue así, tendremos que sacarlo.
Me vuelvo a ella, sin reacción alguna. ¿Sacarlo y ya? Sé que causa problemas y da bastante lata a veces, pero, es algo que puedo manejar. Llevo casi un año haciéndolo, pero, es la primera vez que me pasa algo así con él.
—Veterinario —propongo.
—¿Qué?
—Hay que llevarlo con uno para que lo revise.
Suspira, cansada; tiene ojeras y el cabello enmarañado. Se cruza de brazos y recarga su peso en una pierna mientras me mira a mí y a la jaula. Finalmente, accede.
—Bien. ¡Pero después iremos a comprarme otro vestido!
(ू˃̣̣̣̣̣̣︿˂̣̣̣̣̣̣ ू)
—¿En celo? —pregunta mamá, confundida.
—Así es —responde el veterinario—. Por como lo describen, sí.
Miro las tablas que tiene colgadas en la pared. Toncho tiene casi un año y nunca le había pasado esto.
—Lo que podéis hacer ahora es hacerle la vasectomía —continúa el joven—, o si preferís, mantenerlo encerrado en vuestra casa hasta que pase la temporada.
—¿Cuánto es de eso? —cuestiona mi madre, dudosa.
—Alrededor de ciento cuarenta euros, dependiendo de dónde queráis llevar a cabo la operación.
No es tanto, de hecho.
—Perfecto, sí —respondo antes de que ella lo haga.
Se vuelve a mí, sin decir nada.
—En ese caso —prosigue el muchacho—, tengo espacio en tres días. A las cinco de la tarde.
Asiento una vez con la cabeza, y el señor lo agenda en su calendario. Antes de salir, le agradecemos la información y nos regresamos caminando; solo son dos cuadras.
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Peor Que Un Gato [Rubius Fanfic]
Fanfiction⚠️⚠️[NOVELA EN PROCESO DE REVISIONES/CORRECCIONES/EDICIONES]⚠️⚠️ Alejandra Melgar tiene muchas preguntas. ¿Por qué sus días son una rutina constante? ¿Cuándo pasará algo interesante? ¿Está conforme con su vida, o sólo ya no le importa? ¿Continúa hac...