Rollercoaster

46 6 6
                                    



—¿No crees que vas muy fresca? —inquiere mi mamá cuando me ve salir de mi cuarto.

—¿Ya viste el solazo que hay?

Mira hacia la terraza y cuando se percata de lo iluminado que se encuentra todo, se encoge de hombros, indiferente.

—Bueno, allá tú —termina de embarrar un poco de mermelada en el sándwich—. ¿No vas a llevar chamarra?

—No quiero irla cargando —me siento sobre el silloncito individual y comienzo a abrochar los cordones de mis tenis.

Hoy hemos quedado de ir al parque de atracciones. Desde antes de irnos a París, Joana y Jamie insistieron en ir a Disneyland, pero Rubén y yo nos negamos, por lo que, ahora, pueden desquitar el antojo, ¿no? Es, casi lo mismo. A excepción de que ni Mickey ni el pato Donald estarán posando para tomarse fotos con nosotros.

Fuera de eso, podemos divertirnos de la misma manera.

—¿A qué hora va a pasar Joana? —inquiere mamá.

—Como en cinco minutos.

Me pongo de pie y camino hacia ella para tomar uno de los dos bocadillos que ha hecho. Me cuelgo una pequeña mochila en los hombros y le doy un rápido beso en las mejillas a manera de despedida.

—Ya me voy —le digo—. Te aviso cuando llegue.

—¡Cuídense! —exclama antes de que pueda salir de la casa.

—¡Okay!

¡Finalmente veré a Rubén! Tardé bastante eligiendo algo que quedara bien con el clima y el lugar. Además, tardé bastante en darle un tratamiento correcto de hidratación y humectación a mis piernas después de haberme depilado, sin mencionar el tiempo que le dediqué a mi cabello y en que quedara presentable, manejable. ¿Desde cuánto me preocupo tanto por mi apariencia?

Ah, desde que me gusta este chico.


(❍ᴥ❍ʋ)


Cuando comenzamos a caminar hacia la revisión de mochilas y bolsos, veo a Rubén y a Jamie intercambiando una serie de palabras del otro lado de los tornos de la entrada. La mirada de Jamie luce decaída, triste, un tanto perdida. Demuestra un sentimiento de culpabilidad. Me estuve preparando mentalmente todo el camino para poder dirigirle la palabra sin incomodarme. No puedo y no quiero estar enojada con él aunque lo intente.

—Tranquila —me dice Joana, tocándome el hombro.

Rubén trae puesta una playera blanca con una letras negras y unos jeans flojos que acompaña con una sudadera envuelta en la cintura. Se ve adorable.

—¡Hola! —grita Joana.

—¡Hola! —responde Rubén, contento.

Jamie no me mira, y mantiene la mirada en el suelo, penoso.

—¿Listas? —inquiere Rubén al tiempo que pone la palma de su mano encima de su cabeza.

Asiento, emocionada.

—Pues a darle caña —señala la torre que tenemos justo al frente.

Entrelaza su brazo con el mío y me jala hacia la fuente, para dar inicio al recorrido. Luce tan emocionado como contento; ojalá pudiera perpetuar este tipo de momentos con él tanto como fuera posible. Disfruto tanto verle así de feliz, que hasta me contagia su sonrisa.

Peor Que Un Gato [Rubius Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora