Finding Hope

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Pedí permiso a mi mamá para ver a mi amigo, poniendo como excusa que hablaremos sobre el futuro y bienestar de los gatitos de Mia, a pesar de que la mayoría han sido adoptados ya. Ella, por otro lado, hablará con Martha, Justino, Armando, entre otros personales importantes de la pista. Harán oficial el anuncio sobre los próximos eventos que se aproximan, y después, celebrarán con una copa de champaña, según tengo entendido.

Y, es que realmente quería ver a Rubius. Supongo que, lo extraño más de lo que quisiera. Quiero estar con él, porque después de lo que vi ayer en su ordenador, mis esperanzas se levantaron, y, de pronto, el ánimo regresó a mí.

—A ver —le digo a Toncho, mostrándole dos blusas al mismo tiempo—. ¿Cuál te gusta más? ¿La azul o la rosa?

Enciendo la luz del cuarto; de repente se oscureció bastante, y, a juzgar por el color de las nubes que veo, lloverá a cántaros.

—Yo digo que me vería tierna con la rosa —le explico—. ¡Pero!, la azul es bastante coqueta, pero no vulgar. ¿Entiendes la diferencia?

Indiferente, comienza a lamer su pata. Hm... pero qué útil es.

De pronto, un destello de luz me hace volver a la ventana de golpe.

—¡Ah, Fuck! —reacciono, apretando los ojos y preparándome para escuchar un trueno horrible.

Pero, en lugar de un estruendo, sólo un chasquido a lo lejos que se disipa conforme avanzan las ondas sonoras. Pero, bueno, pasando a algo más importante que una tormenta que parece que inundará Madrid, debo decidir qué blusa usar; la azul dice "oh, no sabía que estabas ahí", pero, la rosa, por otro lado, dice "oh, hola, mucho gusto". ¡Ah! ¡Pero qué difícil decisión!

—¡Toncho, ayúdame! —exclamo, frustrada.

Se levanta de la cama, y aplicándome la ley de hielo, me pasa por un lado. Entonces, se me ocurre algo; la primer blusa que toque con la punta de su cola cuando dé el brinco hacia el suelo, será la elegida. Su brinco es gentil y majestuoso, tan elegante y sofisticado como él sabe. ¡Y la ganadora es la rosa!

Brrr, brrr —suelto un grito al sentir mi teléfono vibrando—. Brrr, brrr.

Rubén.

Es hora. Me pongo de manera rápida la blusa y me aliso el pantalón, al igual que mi cabello. Si tengo suerte, todo esto parecerá algo normal, y no una cita planeada. Ahora, sólo debo enfocarme en disimular mis nervios y, controlar en lo más posible mis risitas tontas.

Vamos, chica, tú puedes con él.

—¡Hola! —saludo, con una sonrisa radiante en los labios.

Empezamos mal, Alejandra.

—¡Hola! —saluda, confundido por mi entusiasmo, y levanta ambos brazos para mostrarme lo que carga—. Traje sushi.

—¡Genial!

—Qué linda blusa, por cierto.

—Oh —agacho la mirada para verla, y ahogarme en mi satisfacción personal—. Gracias.

—Supuse que podríamos comer después de jugar—pasa por un costado mío y coloca la comida sobre la barra—. No sabía qué tipo de makis dulces te gustaban, así que, traje diferentes.

Camino hacia él, para contemplarlo más de cerca. Huele bien, a, limpio, y su cabello luce brillante, suave, con ganas de despeinarle como a un cachorrito juguetón.

—Hay de fresa —saca las cajas de cartón—, mango, kiwi, y —coloca la última junto a las demás, emocionado—, durazno.

—Vaya —digo, contenta—. Son muchos sabores.

Peor Que Un Gato [Rubius Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora