Tras poner un pie en casa de los nuevos vecinos, los ojos de Lev fueron a posarse de forma inmediata en la persona que bajaba por las escaleras en ese momento. Sobre todo en las oscuras manchas que tenía en ambos brazos, las cuales iban a juego con sus ojeras y el pantalón negro de pijama que llevaba puesto. Verla así lo hizo pensar en lo que Jake había dicho, era obvio que esa chica había recibido varios golpes.
Su amigo se acercó a la escalera y Lev lo vio hacer una mueca de dolor.
—¿Qué diablos te pasó? ¿Te dieron una paliza o qué?
An se había quedado paralizada en el último escalón, mirándolos a ambos como si estuviera intentando descifrar qué diantres estaban haciendo ellos dos en su casa.
—Y vaya paliza —contestó para luego darle una mirada inquisitiva a su hermana.
—Los invité a ver una película con nosotras —le explicó Gwen, volteó hacia ellos y les hizo una seña para que pasaran a la sala.
—Genial, eso significa que no pondrás alguna de tus películas cursis —comentó An.
Lev tomó asiento en el sofá que le daba la espalda a la gran ventana de la sala, y Jake igual. Observó a la bruja mientras se sentaba en el sofá frente a ellos al igual que su hermana, quería ver si hacía algún gesto de dolor o se agarraba la cintura. Si las cosas eran como su amigo pensaba y el último dolor que sintió había sido producto de un golpe que An recibió, entonces debería estar todavía adolorida. Había sido un impacto demasiado fuerte como para que anduviera tan tranquila.
Lev estaba tan concentrado pensando en ese asunto que se sobresaltó al ver a una gran cosa negra aterrizar sobre el sofá entre medio de él y Jake. El animal bajó al suelo, bordeó la mesita ubicada en medio de los sillones y luego saltó hacia el regazo de la bruja.
—¿Qué se supone que es esa cosa? —preguntó Jake.
—Es mi gato y se llama Mau, no cosa —contestó ella, dándole una mirada poco amistosa.
—¿Esa cosa es un gato? ¿De verdad? —insistió Jake. Y era algo lógico que desconfiara un poco, a Lev también se le hacía raro ver a un gato tan enorme, no se asemejaba a ninguna raza que él conociera. Y debido a que solía trabajar a veces en la clínica veterinaria con su madre, conocía todas las razas de gatos.
—Sí, es feo, pero es un gato —comentó Gwen.
—No la oigas, tú eres hermoso. Solo te lo dice porque te comiste a la rata fea esa y al pájaro moribundo —le dijo An a su gato mientras le acariciaba la cabeza.
Gwen se cruzó de brazos y le dio a su hermana una mirada furibunda.
—No era una rata, era un hámster, y ese pajarito estaba mejorando, ahora estaría vivo de no ser por esa bestia horrible.
An rodó los ojos.
—Ay, por favor, ese pájaro iba a morirse en cualquier momento, mi gato le hizo un favor al comérselo... Y rata o hámster es lo mismo, los dos son roedores, ¿no?
Antes de que Gwen siguiera replicándole a su hermana, Lev decidió intervenir.
—Sí, ambos son roedores, y ¿de qué raza es ese gato? —preguntó, observando al animal una vez más, era de pelaje largo y tono azabache, con grandes ojos color amarillo verdoso y un tamaño que era equiparable al de un perro mediano.
—No tengo idea, me lo encontré hace cinco años.
—¿Puedo preguntar algo? —dijo Jake, dirigiéndose a la bruja, y Lev supo al instante lo que su amigo quería preguntar. De hecho, era tan obvio que hasta An se dio cuenta.

ESTÁS LEYENDO
Alianza de sangre
FantasyDiez años atrás, ellos fueron enviados al mundo humano, donde estarían a salvo. Los recuerdos de todo lo vivido en su mundo fueron escondidos para que ambos pudieran llevar una vida normal. En ese entonces, Anayra y Lev eran solo unos pequeños, uni...