Cuando ingresaron al comedor ya todos estaban sentados. Sara había tomado el lugar en el extremo izquierdo de la mesa, a su derecha estaba Gwen, seguida de Jake y sus padres, y del otro lado se encontraban Clarisse y William. Los dos asientos junto a ellos estaban vacíos, y An se dirigió al que estaba junto al extremo derecho, donde estaba Matt.
Al llegar, Lev le apartó la silla para que se sentara, gesto que la descolocó por completo y se quedó mirándolo sin saber qué hacer o decir.
"Gracias...", le dijo un segundo después, con un leve asentimiento de cabeza antes de sentarse.
Él no dijo nada, solo le sonrió, y tomó asiento entre ella y William.
—Matt, ¿puedo hacerte una pregunta? —dijo An, antes de que él iniciara una conversación con alguien más. Él asintió—. Bueno, tiene que ver con Lev y Jake, es que ellos quieren aprender un poco de defensa personal. Y pensaba que tú podrías enseñarles, así como me enseñaste a mí, ¿podrías?
—¿De verdad están interesados en aprender eso? —preguntó Kelly, la madre de Jake. Él, sin dudas, había heredado de ella su cabello dorado y aquellos ojos azul claro que resultaban tan expresivos y amigables.
—Sí, necesitamos saber defendernos porque cada día hay más inseguridad —contestó Jake con sencillez—. La semana pasada uno de nuestros compañeros fue asaltado muy cerca de la escuela, y hasta le dejaron un ojo morado. Yo no quiero ser el próximo, ¿te imaginas lo mal que me vería con un ojo morado, mamá?
Kelly negó con la cabeza mientras sonreía.
—¿Lev también quiere o lo estás arrastrando contigo como tantas otras veces? —le preguntó a su hijo.
—Esta vez fue idea de ambos —dijo Jake, y Lev hizo un asentimiento.
—Entonces pueden buscar algún lugar donde den clases de karate o taekwondo. Matthew es un hombre ocupado, no debe tener tiempo para eso —les dijo el señor Wright, que lo único que compartía con su hijo era la sonrisa y el pequeño hoyuelo en el mentón.
—No te preocupes, Jackson, no creo que a Matt le moleste enseñarles. ¡Con lo que le encanta luchar! Es como si viviera para eso —comentó el padre de Lev.
—Will tiene razón, no será ningún problema enseñarles algo de lo que sé —repuso Matt—. Además siempre he intentado entrenar al menos una hora diaria, pero últimamente me he puesto algo perezoso. Tal vez tenerlos a ellos de aprendices me ayude a volver a mi rutina.
—¿Seguro no será un problema? —preguntó Jackson, que claramente no quería incomodar—. Porque podríamos pagarte a ti las lecciones si...
Matt hizo un gesto de negación con la mano.
—¡Ni hablar! Eso no será necesario —aclaró—. Somos vecinos, además no seré solo yo quien les enseñe. An me ayudará, y no creo que ella quiera cobrarle a sus propios amigos —dijo en tono bromista.
—No, claro que no —aseguró An de inmediato.
«Al menos no en estas circunstancias», pensó. Había sido idea de ella que aprendieran a pelear, sería estúpido cobrarles por ello.
—Estoy segura de que podrás enseñarles tú solo, An debe concentrarse en sus estudios —dijo Sara. Desde que le había contado lo del golpe en las costillas durante el último entrenamiento con Matt, ella había estado aún más reacia a que continuaran haciendo eso.
En otra ocasión, An no habría estado de acuerdo con ella, pero ahora le parecía la excusa perfecta.
—Mamá tiene razón —dijo—, hay unos proyectos de la escuela que me mantendrán ocupada por unas dos semanas más o menos. —Eso era lo que tardaría en sanar su herida según Gwen, y mientras tanto debía evitar hacer movimientos demasiado bruscos con ese brazo—. Pero cuando me libre de todo eso puedo unirme a los entrenamientos otra vez.
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Alianza de sangre
FantasyDiez años atrás, ellos fueron enviados al mundo humano, donde estarían a salvo. Los recuerdos de todo lo vivido en su mundo fueron escondidos para que ambos pudieran llevar una vida normal. En ese entonces, Anayra y Lev eran solo unos pequeños, uni...