¡Hola!
Para los que no sabían, en Instagram (miss.cruela) hice una encuesta para ver qué clase de cita querían entre An y Lev, y ganó la opción de algo en el mundo de Anraicht, con ellos un poco más jóvenes. Y se me ocurrió que fuera en algo así como una realidad en la que Kier nunca despertó a Muirgheal, An y Lev jamás abandonaron su mundo, y etcétera, sí se entendió, no? Jaja
Bueno, espero lo disfruten, y si es así no olviden votar y comentar ⭐
Respecto al segundo libro, lo voy a publicar mañana con una nota de autora para explicar una cosita, y para que ya lo guarden en su biblioteca. No voy a publicar capítulos todavía (quiero tener un par ya escritos antes de empezar, así que paciencia, paciencia).
En fin, les deseo un Feliz día de San Valentín! Acá tienen a alguien que los ama ❤❤❤
Mientras cepillaba el pelaje blanco y brilloso de Snowy, su caballo, Lev volvió a repetir la misma pregunta que llevaba más de una hora haciéndole a An mediante su telepatía. Y una vez más, no le llegó ninguna respuesta. Suspiró con hartazgo, le urgía hablar con ella.
—Pareces un caballo relinchando.
Lev giró el cuello con brusquedad al oír esa voz tan familiar, alegre y burlesca. De pie, recostada sobre el marco de la entrada estaba ella, esbelta e igual de alta que él, luciendo un sencillo vestido color granate, el cabello negro cayendo en suaves ondas sobre su pecho hasta acabar a la altura de su cintura.
—Y ya que pareces caballo... —comenzó a decir ella mientras movía la puerta corrediza del establo para cerrarla—, ¿puedo montarte? —preguntó con una inocencia impostada, caminando hacia él con gracilidad, sus ojos brillando con atrevimiento.
A Lev siempre le había parecido hermosa, porque era su amiga, porque la quería, la había encontrado hermosa del mismo modo que encontraba hermosa una flor, o un gatito, o un cielo estrellado, pero desde hacía ya casi tres años que eso había cambiado. Cuando su propio cuerpo y también el de An habían comenzado a cambiar, ella fue quien dio el primer estirón y por una pequeña temporada tuvo que aguantarla alardear por ser más alta que él, aunque ahora ya estaban parejos y todavía podía esperar crecer un poco más. Con suerte, si lo que decían las mujeres más ancianas era cierto, An dejaría de crecer porque ya había sangrado. Esa era otra de las cosas que habían cambiado, lo que la convertía en una mujer, además de que le habían crecido los pechos, las caderas, ya no era una niña en ningún sentido. Era una joven mujer, una muy hermosa, que levantaba los suspiros de más de un joven. En los últimos meses dos idiotas se habían atrevido a pedir su mano, pero su padre los había rechazado, por supuesto, porque ella ya estaba comprometida. Comprometida con un hombre que no era él. Pensar en eso lo enfureció, sobre todo luego de la conversación que había tenido con su padre esa mañana.
ESTÁS LEYENDO
Alianza de sangre
FantasyDiez años atrás, ellos fueron enviados al mundo humano, donde estarían a salvo. Los recuerdos de todo lo vivido en su mundo fueron escondidos para que ambos pudieran llevar una vida normal. En ese entonces, Anayra y Lev eran solo unos pequeños, uni...