Nos volveremos a encontrar

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Y es una ves mas que la amare, un instante mas que guardare en mis labios el deseo dulce y vivo de su piel, de sus caricias, la quiero demasiado, si me voy con ella temo caer en la tontería de ser posesivo, y de hecho ya lo estoy siendo. Con ella me siento uno solo, estoy tranquilo y a la vez inquieto. Soy idiota pero un idiota feliz.

Paseo mis dedos por las comisuras de sus labios, nunca podria cansarme de hacerlo. Es como una guitarra, quiero tocarla mas, oirla mas, delinear sus curvas. Su voz, decirle que la amo para siempre.

La siento sobre su escritorio. ¿cuantas veces habra estado hay? En plena inoscencia, haciendo las aburridas tareas. Usando sus manos para hacer palabras, usando sus ojos para inspeccionar las respuestas, haciendo muda su voz en el silencio para concentrarse. Ahora era al revés, yo le enseño a amar sobre el mismo escritorio, le hago romper el silencio en gemidos que son los acordes del placer. La hago cerrar los ojos para que tan solo sienta y disfrute. Que use sus manos para apoyarse. Para darme el mismo placer, para sentirnos uno solo. La sostengo entre mis brazos, siento sus curvas, sus caderas, su respiración y cada una es y se escucha como la mas profunda melodia que nuestros cuerpos puedan causar. La tengo entre mis brazos y aun asi siento que esta muy lejos, bajo luces de colores, bajo sonrisas, con reverencias. ¿por que siento que desde ahora la perdere y la encontrare una y otra vez?. Tiendo a pensar tonterias, porque estoy loco, pero no quiero pensar de esta forma con ella. Yo la quiero a mi lado, siendo ambos uno solo, para siempre.

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La mañana vuelve a estar fria y gris, no se a donde fue Billie pero tengo ganas de abrazarle al despertar. Miro por la ventana distraída. Hoy ya todos deben estar hablando de nosotros y no quiero ni pensar en cuanto comentario circulara de boca en boca desde ahora.

-oh miren quien despertó!- dice Billie de pronto entrando a mi habitación. Trae unas maletas y otras cosas.

-¿y eso?- pregunto espantada mirando las maletas.

-no me has dicho los buenos dias.- Billie se sienta a mi lado y sonrie calmado.

-para que son?!- insisto y siento que las lagrimas bordean mis ojos. Billie acaricia mi cabello, mi mejilla y vuelve a sonreir.

-quiero mis buenos dias.- insiste el.

-buenos dias- digo de mala gana y sigo mirando las maletas con tristeza.

-asi no cariño, ¿que tipo de buenos dias son esos?

-no estoy de broma Billie. Con esto no.

-yo tampoco, y ya lo platicamos ayer. Dame mis buenos dias, porque nunca sabes si son los últimos.

-no digas eso! Ves como te gusta provocarme!.- me cruzo de brazos algo enojada, Billie sonríe y me abraza, de pronto une nuestros labios, me besa con fuerza, con sed, su lengua penetra en mi boca y me aferro de su camisa y no puedo soportar los desbocados latidos que da mi corazón.

-perdón, perdón, no vine a esto.- interrumpe Billie sonriendo y sigue acariciando mi cabello. Me sienta sobre sus piernas y le miro mordiéndome los labios. No quiero que se vaya, no quiero tenerle lejos menos ahora que es cuando mas lo necesito.

-mira esto.- me tiende una revista. A penas veo su portada abro los ojos sorprendida.

-mi rostro sale borroso.- digo casi sin poder creérmelo.

-asi es, y el gorro de orejas largas que usabas ese dia te cubria todo el cabello por lo que tu identidad aun no es muy clara. Suma a esto el que estuviese lloviendo, y al poco tiempo en que tardamos en subirnos al taxi. Saben que es una alumna de aquí. Pero no saben que eres tu. Estas a salvo.

Idiot School 2: Dead HoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora