El despertar del adios

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Yo era pequeña, como un silencio que se entorpece entre las hojas secas, como una sonrisa vacia de alegria, un andar falso sobre el precipicio del miedo. No quise abrir los ojos porque siempre me guie entre su piel soñando en la realidad que nunca ocurrira nada que pudiera llevarnos a tanta distancia, no hay paz que tenga vida sin sangre de placer. Asi sea insana, asi sea sucia o bien suave y pura. Ve e intentalo. Intenta ser feliz sin llorar...

no la conozco, nunca la e visto y a pesar de ello siento saberlo todo. Es pequeña, camina distraida por uno de los pasillos, sus rojos cabellos lisos bailan divertidos con su andar. Me muerdo el labio nerviosa, puedo leer en sus ojos que no se enfadara, por alguna razon mas bien siento que terminare ofreciendo mas que unas cien disculpas.

Billie me observa disfrazado algo asi como de matrix desde el otro lado del pasillo, me enseña una sonrisa cuando la chica se acerca.

"si quieres renunciar no hay problema"- me hace leer en sus labios al verme nerviosa, sigo revolviendo mis dedos unos con otros y le niego con la cabeza que no le dare en el gusto de perder. Tomo aire cuando ella ya esta a pocos pasos de mi. Ni si quiera e ensayo mis gestos. Ni si saldre corriendo o me quedare inmovil aun antes de hacer lo que tengo que hacer.

Veo su silueta cada vez mas pequeña. Finalmente al asomarse la punta de su zapatilla me atraviezo en su camino. Hago lo peor que se puede hacer: la miro a los ojos. Veo su rostro de total desconcierto. Va a abrir la boca para preguntarme que hago frente a ella. Es mucho mas baja que yo por lo que debe inclinar su rostro hacia arriba para mirarme.

-apuesta.- contesto tajante antes de que pregunte. Me inclino la beso por lo menos 10 segundos. Oigo a Billie aplaudir mas que complacido escondido tras el otro pasillo. Me hago hacia atrás tomando sus aplausos como la señal de apuesta cumplida.

No siento mis pies. Sigo quieta ahi frente a ella. Su rostro esta rojo. No entiende nada y la verdad es que yo ya tampoco. Me revuelvo el cabello nerviosa. Estoy tan avergonzada que ni siquiera puedo colorear mis mejillas de rojo sino mas bien de un blanco puro y puedo sentir que asi es.

-apuesta.- vuelvo a repetir ahora riendo, la chica se acomoda sus lentes y sonrie sonrojada diciendome con esto que no importa.

-de todas las personas que podias elegir tenia que ser yo...- dice con voz triste. La miro desconcertada.

-¿que tiene?, lo siento de verdad yo solo...

-es que creo que me ire de esta competencia, me retirare de mi banda, pedi en broma una señal de afecto para saber si es lo que debo hacer y he aquí el gran gesto...- ahora rie apenada y me quedo en silencio.

-lo siento un montón... ¿por que te retiras?.- la chica se rasca su cabello rojo nerviosa.

-malos entendidos con los integrantes. Como sea. Gracias!- se da la media vuelta y se va corriendo. Puedo jurar que algo frio y diminuto golpea suave pero notorio una de mis mejillas. ¿una lagrima quizá?.

-eso fue extraño...- comenta Billie en voz baja saliendo de su escondite.

-se veia muy triste... a mi no me gustaria irme de aquí por culpa de cosas que se entendieron mal.

-humm. Bueno, que se le puede hacer... una menos en la competencia. Pero... vamos no estes asi! Ahora me veras a mi cumplir mi apuesta...- pone una mano sobre mi hombro.- no te preocupes quizá no se vaya. Si bien lo medita se dara cuenta que no vale la pena perder todo a lo que ha llegado por complacer a los otros.- le asiento de acuerdo y nos vamos a nuestro cuarto.

-¿podrias llamar a Charlie?- me pide Billie con cara de suplica. Enmarco una ceja.

-tu no me diste ayudas.

Idiot School 2: Dead HoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora