Capítulo VIII

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"Premonición. Sabía que iba a doler y aún así saqué el corazón, lo puse en tu mano y cerré los ojos."

-Anónimo

Riley escucha el sonido que anuncia que su orden se encuentra lista en el mostrador principal de la cafetería de su madre y se encamina, solicitando a su paso —Vamos Farkle, necesito algo de ayuda con esto.

Brinda un ligero empujón de hombros a su amigo, quien al momento se encuentra absorto e inmóvil, algo raro en su persona. Riley pasa de él e intenta tomar en una bandeja los alimentos y bebidas, pero realmente no era alguien con demasiado, ni siquiera decente, sentido del equilibrio.

—Realmente necesito que lleves la malteada de Maya —le repite, colocándose frente a él. Chasquea los dedos sobre su rostro al percatarse de su mirada fija en un punto a su espalda. Respinga sobre su sitio y asiente monótonamente para después coger lo que su amiga le indica sin emitir ninguna palabra al respecto, luce perdido. Más robótico de lo usual para su persona.

Riley gira sobre si misma con discreción para intentar encontrar la fuente de distracción de Farkle. Resulta que era alguien, precisamente, y no algo como esperaba.

Era una joven a unos cuantos metros de distancia, sentada apartada en una de las mesas del local, ajena a la mirada de Riley. La examina. Luce exactamente igual que como la recuerda, al menos físicamente. Sus piernas cortas se balancean acompasadamente en uno de los bancos altos, está ataviada en un vestido color cielo decorado con círculos minúsculos, el sol ahora ilumina parcialmente su mesa, pero tiene la impresión de que los rayos no alcanzan a encandilarla pues continúa leyendo absorta un libro de cubierta verde, algo gastado de la pasta.

Seguía siendo la misma, se dijo a sí misma Riley, convenciendose. Entonces, ¿por qué no lo sentía de esa forma?

Se distrae un largo tiempo viéndola, al igual que antes hacía Farkle. Los tenía francamente hipnotizados, aunque por razones completamente distintas. Debió ser demasiado evidente, ya que unos cuantos minutos después la pelinegra alzó la vista hacia ella y después a alguien a su espalda. Farkle traga saliva ruidosamente. Entonces el sentimiento de nostalgia en Riley es reemplazado rápidamente por preocupación genuina.

Gira para encontrarse de frente a Farkle, quien peor que incómodo parece atormentado. Sus demonios internos se precipitan hacia él de una forma en la cuál no se siente preparado para afrontar todavía. Creía que sería sencillo después de verla por primera vez en la clase de historia, no tendrían que ser amigos, solo había que dejarlo pasar. Pero era duro. La avalancha de momentos que pasaron juntos se precipitaba hacia él. 

Riley toma con delicadeza ambas mejillas entre sus manos interrumpiendo sus pensamientos —Fark —llama con suavidad, atrayendo su atención de forma inmediata —ignórala. Pediré a alguien que la eche. No tienes que preocuparte de esto.

¿Cómo se atrevía? ¿No le parecía ya demasiado invadir su escuela? ¿ahora tendría la desfachatez de presentarse donde su madre? Era así de ruin, de descarada.

—Podrías decírselo tú misma. O yo —responde en confidencia —ya que viene en camino.

Escucha a alguien carraspear a su espalda. Aunque es un sonido bastante bajo, casi imperceptible.

—Isadora Smackle —saluda con cara de pocas pulgas Riley una vez que se gira y la encara —como siempre un placer.

Luce nerviosa al escuchar el tono sarcástico bañando la voz de la castaña. Balancea su peso de un pie al otro. Levanta sus gafas —Hola Riley —y luego de una breve pausa añade —Farkle.

FRIENDS. -Girl Meets WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora