PD; No funcionará Maya.

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Maya.

-No lo sé Matthews, creo que salió con Farkle. –Repito por quinta vez. Él frunce el ceño y aprieta la boca. Me cruzo de brazos dispuesta a atacar al momento en que comience a parlotear de nuevo. Levanta su dedo índice, yo ruedo los ojos.

Y aquí vamos otra vez.

-Maya, si la estás encubriendo... -No termina su amenaza, ya que para mi alivio Topanga se acerca hasta él interrumpiéndole y tomándole por los hombros. Agradezco totalmente su presencia, y aprovecho el pequeño instante de distracción de él para darme la vuelta y caminar en dirección contraria a esos dos. 

-Cariño, ha cogido el teléfono ya. Está con Farkle. –Alcanzo a escuchar, lo que me hace sentir con un peso enorme de menos fuera de mi cuerpo. Esa chica si que se esforzaba en hacer exasperar a sus padres. Sonreí.

La noche avanzaba con una rapidez increíble, pero apenas y empezaba. La marea de estudiantes aún seguía dispersa en el local de la madre de Riley, quién se veía bastante feliz porque su experimento haya dado frutos de los grandes. Podría jurar que la preparatoria entera estaba aquí. Tapé mis oídos al escuchar lo que parecía ser la peor melodía que mi cerebro había logrado procesar, es decir, la chica estaba chillando fuerte. Miré hacia la rubia y tuve que tomar toda mi fuerza de voluntad para no arrojarle un bote de café hirviendo.

Algunos silbidos llenaron el aire y uno que otro aplauso seco. La chica casi tropieza con el cable del micrófono y sale pitando con la cara roja de la tarima improvisada que había montado Topanga.

Me siento sobre una mano del sillón y me dedico a mirar divertida el espectáculo. Ahora es un chico pecoso quien trastabilla hasta el escenario, con el ceño fruncido y sin tener idea de lo que está haciendo en realidad. Pobre ingenuo.

-Chica. –Dice alguien a mi lado. Reprimo mis ganas de salir corriendo.

-Hey. –Contesto simplemente.

Puedo sentirlo riendo sobre mi piel. -¿Qué has hecho ahora?

-¿Disculpa? –Pregunto ofendida. Ignoro el hecho de que sé totalmente a que se refiere en realidad.

-El chico está enfadado. Enfadado de verdad. Creo que estampó su puño contra un muro.

Ruedo los ojos, pero dentro de mí, mi corazón se oprime dolorosamente. –Largo de aquí Babineaux.

Levanta ambas manos en señal de paz. –Habla con él.

-¿Por qué? –Pregunto irritada.

-Alguien me dijo una vez que pase lo que pase nunca se abandona a un amigo. –Dice en apenas un susurro, para luego levantarse y caminar hasta desaparecer en la multitud.

Cierro mis ojos con tanta fuerza que espero derramar sangre. Quiero reprimir todas esas ansias de correr hasta el vaquero y enredar mis brazos alrededor de su cuello. Quiero llorar sobre su pecho y que me prometa que todo estará bien. Quiero todas esas cosas que sé a la perfección que son imposibles.

Por eso como la cobarde que ahora soy, me revuelvo malhumorada en mi asiento y me cruzo de brazos como una bebé llorona. Hasta suelto un bufido y todo eso. Luego de unos segundos me levanto y camino hacia la salida.

Fuera, el aire se siente extrañamente cálido. Revuelvo en los bolsillos de mi pantalón y saco un cigarrillo que había robado de Stone hace un rato. Lo coloco entre mis labios y prendo la llama. El humo recorre mi garganta calentándola y haciéndome toser un poco. Necesitaba volver a acostumbrarme a esto.

-¿Qué demonios? –Pregunto cuando alguien retira el arma asesina de mi boca. Unos ojos verdes me miran taladrándome.

-¿Ahora fumas? –Veo como aprieta sus puños y contiene la respiración. Casi le escupo el humo que aún mantengo sobre mi boca en la cara, pero luego de un momento giro mi rostro y lo lanzo bajo.

FRIENDS. -Girl Meets WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora