Problema número dos; Ilumíname chico malo.

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Riley.

-Ya tardó mucho. –Digo preocupada. He comenzado a mordisquear mis uñas sin control. Farkle aparta de un suave manotazo mi mano, haciéndome caer en la cuenta de que quizá esté exagerando un poco.

Lucas asiente. –Yo la buscaré. –Dice, parándose de la mesa blanca. Farkle se revuelve incomodo en su asiento, y noto como quiere negarse, pero simplemente no dice nada más hasta que Lucas sale de la cafetería.

Yo frunzo el ceño. -¿Qué es lo que pasa?

Farkle se hace el desentendido. -¿Con qué?

Ruedo los ojos. –Tú sabes con que Farkle.

Él se limita a encogerse de hombros y continuar masticando una manzana verde que le han dado en la cafetería. Yo hundo mi tenedor de plástico en mi recipiente con frutas diversas. A mi lado, he comprado un burrito para Maya, el cual ahora está un poco frío y con un montón de mosquitos alrededor.

Mi pecho se revuelve, como si hubiera comido algo y me haya caído demasiado pesado. Pero sé que no es eso lo que me inquieta. Sin nada que ver con mi desayuno, me preocupa que mi padre pueda decir algo a Maya que le haga huir nuevamente. Como aquella vez en la secundaria, cuando insinuó que era una mala influencia para mí, y que una mejor amiga no era lo que ella. Me moleste, con un demonio que me moleste. No podía imaginar como mi padre quería alejarla de mí, pero después, comprendí un poco su recelo respecto a ella, pero realmente no me importaba mucho el asunto. Sólo sabía que ella era mi mejor amiga en el mundo, y estaba bien con eso. Y aunque mi padre había reconocido su error y comenzó a tratar a Maya como una hija más, siempre me inquietaba un poco el hecho de que tal vez podría volver a lo mismo algún día.

No quería que ese día fuera hoy. Siendo honesta, me asustaba que ese día pudiese incluso llegar.

-Riley. –Dice Farkle. Apenas y noto como es que mueve una de sus manos frente a mi cara, de manera lenta, intentando llamar mi atención. Lo miro al instante. –Ya han dado el timbre.

Miro confundida alrededor, percatándome de que la mayoría de los alumnos se han ido ya, y los que quedan dentro, ahora recogen sus cosas para salir. Miro mi plato y me sorprendo aún más cuando veo que se encuentra vacío, al igual que el de Farkle, y que la única comida en la mesa, es la de Maya.

-Seguro. –Asiento, todavía desorientada.

Comenzamos a caminar y tras unos metros más, logramos divisar a Lucas y Maya hablando.

-Riley. –Me llaman. Mis pies se detienen un segundo, y observo a la persona de quien proviene la voz.

Creo que estoy a punto de gritar. –Smackle.

-Y-yo quería decirte que estu-tuviste muy bien en la clase de tu padre aye-ayer. –Dice nerviosa. Ni siquiera me dirige la mirada, solo ve hacia el montón de libros que carga en sus manos. Tengo que contar hasta diez para evitar correr hasta ella y cargar sus cosas. –Y-yo, te-tengo un tío. Es doctor. Pu-puede ayudarte.

Sus palabras queman todo el trayecto desde mis oídos, hasta mi cerebro, donde proceso todo eso. De reojo siento a Farkle tensarse y subir la guardia. Asiento. –Eso sería genial Smackle.

-Se-seguro. –Dice. Para después hacer un fallido intento de despedida y salir corriendo del lugar. Maya y Lucas se han acercado lo suficiente como para haber escuchado parte de la conversación.

-¿Qué demonios? –Pregunta Maya molesta. Farkle hace un ademan, restándole importancia al asunto.

Mi mirada está fija en un punto entre el casillero y un grifo de agua. –Ella me ofreció ayuda.

FRIENDS. -Girl Meets WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora