—Lou... ¿Lou?... ¡LOUISA!
Me desperté, sobresaltada.
—¡Estoy despierta! —dije, lanzando un manotazo al aire. Le pegué a mi compañera de trabajo en la cara.
—¡Auch! —se quejó Claudia, sobándose el mentón—. Tienes unas ojeras espantosas. ¿Tuviste una noche de fiesta loca? —pregunta, haciendo un baile de cejas.
—Algo así. Tuve la partida de twister contra Derek mas agotadora de mi vida, seguido de una hora buscando a mi hermano en la fiesta de mi vecino, impedí que se tatuara el nombre de su exnovia en el brazo, los policías lo llevaron a la comisaría y tuve que acompañarlo, dos horas más hasta que firmaron el papeleo... Y creo que nada más. Ah, sí, a las cuatro de la mañana casi atropello un perrito —digo, resumiendo la noche. Claudia me miró raro, y se fue a la caja.
Volví a echar la cara sobre unos libros.
Trabajaba desde que tenía diecisiete en una librería de la ciudad, una de las más grandes del país. Desde pequeña venía aquí a comprar mis libros, tanto que conocía a los empleados y dueños del local, por lo que no me rechazaron cuando pedí trabajo aquí para financiar mi carrera en Literatura.
Si, estudié Literatura. Mi sueño, desde los 16 era ser una famosa escritora, pero digamos que no funcionó. Bueno, al menos trabajo rodeada de libros, ¿no es eso genial?
Esta mañana cuando me miré al espejo noté mis tremendas ojeras. Generalmente me dormía como mucho a medianoche una noche de Domingo, pero con todo esto de mi queridísimo hermano..., había llegado a casa a las 4.
Ahg, Dominic era todo un caso. Era despreocupado, parecía que nada le importaba demasiado realmente. Esa era una de las razones por las que prefería quedarse conmigo en vez de mis padres. Ellos eran demasiado perfeccionistas..., digamos que yo tampoco soportaba mucho compartir algo con ellos.
En eso, mi teléfono vibra.
—¿Te enojarías conmigo si te digo que... me metí en problemas en el colegio de nuevo? —la voz de Dominic me quita un poco la pesadez del sueño y paro el oído de inmediato.
—¿Qué clase de... problemas? —pregunto, atemorizada.
—En unos minutos... el director llamará a mamá, y mamá te llamará a tí porque está demasiado ocupada como para venir a buscar a su hijo al colegio —dice él, con cierto resentimiento—. Ella... tal vez grite un poco.
—¿Quieres de una vez decirme qué es todo esto? —pido, exasperada.
—Siempre me enseñaste que los spoilers están mal, ¿cierto?
—Si, pero ¿qué tiene eso que...?
—Pues no voy a hacerte spoiler —interrumpe. Seguido, corta la llamada.
ESTÁS LEYENDO
Un Auténtico Desastre
HumorLouisa Marshall es un auténtico desastre. Es infantil, despistada, e incluso tiene esa horrible capacidad de hablar hasta por los codos y decir cosas inoportunas en los momentos equivocados. Aún así, su vida es planificada y aburrida. Cuando su jef...