[10] Misteriosas noticias

5.8K 619 105
                                    

—¡Eres una zorra! ¡Eres una zorra!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Eres una zorra! ¡Eres una zorra!

—¡DOMINIC! ¡¿QUÉ TE DIJE DOBRE ENSEÑARLE INSULTOS A ÓSCAR?! —grité, desde la cocina.

—Yo no se lo enseñé, el solo me copió —se excusó él, desde el living.

—Si, claro, porque casualmente estabas insultando justo frente al loro cuando yo estaba en el trabajo.

—¡Tu trasero huele a maní!

—¡DOMINIC!

—¡Me vooy! —canturreó mi hermano, yendo hacia la puerta—. ¡Llego tarde a básquet!

—¡Eres una zorra!

—¡Tú eres una zorra! —respondí al loro, mientras vatía huevos. Comenzaba a pensar que haberme quedado con el regalo de Dominic fue mala idea.

—¿Soy una zorra? —preguntó Dominic, confundido.

—¡Ya vete!

Suspiré teatralmente después de que la puerta se cerrara.

Si bien las horas de mi hermano en mi casa eran restringidas, no eran inexistentes. Mamá y Papá pasaban poco tiempo en su casa, asi que cuando no estaban, Dominic se quedaba conmigo.

Mi teléfono sonó. Hablando de mi madre...

—¿Hola? —dije, atendiendo el móvil.

—Hola, Louisa —saludó mamá, del otro lado.

—¿Está todo bien? —pregunté. Ella nunca llamaba para saludar, solo lo hacia cuando había un problema que no podía solucionar. Me venía acostumbrando.

—Sí, sí, sólo...

—¡Eres una zorra! —chilló Óscar atrás.

Díganme que eso no se escuchó.

—¿Qué me haz dicho?! —preguntó mamá, impresionada.

—No, no, solo es...

—¡Tu trasero huele a maní!

—¡LOUISA LEOPOLDA MARSHALL!

Ay, ya usó el segundo nombre. Esto va enserio.

—¡Es el loro que Dominic me regaló, Mamá! ¡No hay por qué alterarse! —expliqué, alterándome. Como siempre, Louisa predicando con el ejemplo.

La escuché intentar serenarse del otro lado.

—El punto —volvió a comenzar—. El punto es que tenemos algo que decirles a Dominic y a ti. Así que vamos a organizar una cena aquí en casa. Yo me encargo de buscar a Dominic en básquet y traerlo. Tu ven directamente.

Parpadeé varias veces.

—Eh... Sí, claro. Yo... Iré.

—Nos vemos.

Un Auténtico DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora