Solemos asociar la palabra desastre a las impurezas de la vida, a la mala suerte, a la desgracia. Pero la verdad es que todos somos como pequeños desastres andantes.
Cuando un desastre se choca con otro, sería algo así como la colisión de dos planetas; explosiones de luz, calor, energía, átomos volando por todas partes... Bueno, los átomos no. Pero a lo que voy, es que podemos verlo como una catástrofe o algo hermoso, un momento único de la naturaleza.
A muchos les aterra. A muchos les fascina. De todas formas, hay una delgada línea entre la fascinación y el horror.
Pero... ¿qué sienten los dos pequeños desastres andantes?
Uf, es complicado. ¿Miedo? ¿Empatía? ¿Atracción? ¿Amor?
Yo soy un desastre. Probablemente tú también. Pocos nos controlan. Pocos nos entienden. A pocos dejamos entrar al corazón.
Auténticos desastres. Porque para equivocarnos tenemos toda la vida.
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Un Auténtico Desastre
HumorLouisa Marshall es un auténtico desastre. Es infantil, despistada, e incluso tiene esa horrible capacidad de hablar hasta por los codos y decir cosas inoportunas en los momentos equivocados. Aún así, su vida es planificada y aburrida. Cuando su jef...