Coloco mi cara entre mis rodillas y zollozo mas fuerte.
—¡Los odio a todos! ¡Odio el estúpido profesor de Narrativa que me colocó en grupo con Peter! ¡Odio a Peter! ¡Odio a los guardias! ¡La anciana de las tetas derretidas! ¡Y A OLIVER! Estoy hablando sola. ¿Te das cuenta de que pareces estúpida, Louisa? Sí, si me doy. —Suelto un bufido—. Abandoné mi libro. Podría estar en una firma, ¡pero estoy en un sucio callejón!
El guardia me había sacado por la puerta lateral, la cual daba a un callejón con basura y poca iluminación. Sí, sabía que era peligroso que una chica con vestido estuviera sola en un callejón, pero estaba demasiado hundida en mis miserias como para pensar en eso.
—Ey, es un lindo callejón.
Levanto la cabeza. ¿Quién ha sido ese? ¡¿Vienen a violarme?! Dios, no hay nada con lo que protejerse.
—¿Quien es? —pregunto, a la oscuridad y tachos de basura.
Un vago sale de un tacho de basura.
—Holis —dice.
—¡Rob el Vagabundo! —grito, acercándome al vago quién me había hecho compañía las pocas horas que duró mi despido en la librería, cuando esa estúpida prima de Oliver me había inculpado de robar su notebook, hace algo de un mes. ¡Qué pequeño es él mundo!
—¡Louisa! —dice él, dándome un pequeño abrazo—. Ha pasado más de un mes... ¿recuperaste tu trabajo?
—Y no solo eso, también me ascendieron. Aunque de no ser por el asenso no estaría aquí.
—¿Mas problemas? —pregunta él. Se sienta en el piso, y da unas palmaditas a su lado—. Cuéntale al tío Rob el Vagabundo de tu noche de mierda.
Para esto están los amigos.
Me senté en el piso con Rob y le conté sobre todo lo que me había ocurrido anoche. Él escuchó atento.
—Al final terminé arruinando todo —digo.
—Mira el lado bueno...
—¿Cual lado bueno?
—No lo sé, solo soy un vagabundo, esperaba que tú lo encontraras.
No puedo seguir pensando, porque la puerta por la que el guardia me había echado se abre.
—¡Louisa, aquí estás...! —Oliver se sorprende al ver al vago—. Tú, aléjate de la chica. Puedo darte dinero, pero no la secuestres...
—¡Oliver, es mi amigo! —digo, ofendida.
—Louisa, aléjate del tipo. —Al ver que no me muevo de mi lugar al lado de Rob, se acerca y tira de mí.
—¡Que Rob es mi amigo!
—¿Ese no es el tarado de tu jefe? —pregunta Rob. Lo fulminó—. Ay, soris.
—¿Tarado...? Ya, Louisa, nos vamos.
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Un Auténtico Desastre
ComédieLouisa Marshall es un auténtico desastre. Es infantil, despistada, e incluso tiene esa horrible capacidad de hablar hasta por los codos y decir cosas inoportunas en los momentos equivocados. Aún así, su vida es planificada y aburrida. Cuando su jef...