Capítulo 9.

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Me empiezo a bañar justo después de haber terminado la tarea, dejo que las suaves gotas se deslicen por mi cuerpo como el agua de un río que pasan por entre las piedras, de una forma tan relajante, tan delicada, de una forma elegante. Giro las perillas y el agua y la elegancia se acaba al instante; salgo con cuidado, tomo mi toalla y me envuelvo con esta, camino rápidamente hasta mi cuarto el cual en el portal de la puerta casi me resbalo por el agua. Me seco el cabello rápido dejándome una maraña difícil de peinar.

Lo controlo lo mejor que puedo, me empiezo a poner la ropa cuando veo como mi teléfono vibra y se ilumina con un hermoso tono de morado. Cuando me pongo mis pantalones me estiro para tomar el teléfono, es una llamada perdida, veo su nombre y sonrió idiotamente.

No necesito esperar mucho ya que de repente el tono morado regresa, su nombre destaca en letras grandes, aprieto el icono verde y me pego el teléfono al oído, escucho por un instante su respiración y luego su grandiosa voz.

- ¡Hola!, ¡Johnny! –

-Hola Theo –

- ¿Listo para ir al cine? –

-Más que listo – Con mi hombro aprieto el teléfono hacía mi oreja mientras me pongo el zapato - ¿Qué película vamos a ver? –

-Pensaba ver la de 50 Sombras más oscuras

- ¿Enserio? –

-Sí, luego recordé que no nos dejaran entrar –

-Y ¿Entonces cual película? –

-Pues, la que sea, con tal de sentarme a tu lado –

Me sonrojo y me inclino con una sonrisa demasiado grande.

-Bueno, te espero en la cafetería –

-Está bien –

No se escucha nada después, pero no ha colgado, espero un momento y cuando estoy a punto de colgar escucho nuevamente su voz.

-Te amo –

Esas palabras me producen un gran orgasmo que intento contener, me trago la felicidad y con una voz temblorosa sólo digo.

-Lo sé – Me muerdo el labio e intento agregar algo –Y yo a ti –

Ahora sí, escucho el sonido que me indica que ha colgado, me coloco y me abrocho lo más rápido que puedo mis zapatos, con el cabello húmedo me intento hacer un buen peinado, pero no sirve de nada, no pienso agarrar la dona esta vez, me dejo el cabello suelto que me cae hasta los hombros y mi fleco que me cubre el ojo izquierdo.

Al salir de mi cuarto veo a mi mamá centrada en un libro Jazmín en la mesa del comedor, me siento junto a ella y remueve un poco sus anteojos de sus ojos café oscuros.

- ¿Vas a volver a salir? – Me dice con una sonrisa grande.

-Si mamá –

- ¿Terminaste tu tarea? –

-Ya la hice mamá –

-Entonces cuídate – Me levanto y extiende sus brazos para que le regale un abrazo – Te cuidas –

-Si mamá –

Volteo la vista justo cuando bajo las escaleras y me regala otra sonrisa antes de volver a sumergirse profundamente en su novela.

Cierro la puerta con cuidado y bajo rápidamente los callejones hasta encontrarme en la plaza en donde lo espere la primera vez. Me dirijo con toda seguridad hacía la cafetería, y al pasar por fuera puedo ver nuestra mesa de la ocasión anterior, entro y me siento en la misma silla dándole la espalda a la ventana. Reviso mi teléfono y empiezo a usar un juego en RPG que Daniela me había ayudado a descargar hacía tiempo, Ataque al prisma.

Sólo Una Oportunidad. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora