Veo expectante una gran rueda de la fortuna sobresaliendo sobre varias casas, volteo a ver a Theo y el me dedica una enorme sonrisa.
– ¿Esto qué es? –
– Resulta que por estas fechas esta calle hace una "feria", y como hay una plaza gigantesca por atrás, ahí colocan varios juegos, y pusieron una rueda de la fortuna, por eso quería traerte, nunca he estado en una de estas con alguien más, siempre que íbamos a una pasa que o Joseph se golpeaba, Taylor se enfermaba o surgía algo más importante, aunque una podía subirme a un juego antes de que nos fuéramos – Me sonríe un poco distraído.
– Siempre me ha gustado la rueda de la fortuna –
– Yo prefiero la montaña rusa –
Me toma de la mano y empezamos a caminar para llegar a donde se encuentran los juegos, con el atardecer y las sombras extendiéndose a lo largo de toda la calle artísticamente, empezamos a dar granes zancadas, luego empezamos a trotar con un buen ritmo, y empezamos a correr, apartándome hacía atrás para que no pueda llegar primero.
– No es justo – Me dice cuando tomo su mano y lo supero.
– La vida no es justa – Digo con una risa.
– ¿Esa será tu frase? –
– Algo así – Llegamos a la plaza y no puedo evitar seguir mirando la rueda de la fortuna, imponente, con la luz detrás y una silueta maravillosa – Estoy emocionado, ¿A qué te quieres subir primero? –
– Quiero deja la rueda de la fortuna para el final– Me guiña un ojo y no logro entender.
Nos acercamos a un pequeño puesto, el cual parece el típico que se encuentra en las ferias, el que tienes que lanzar la pelota y tirar las botellas, y si tiras todos ganas un premio, Theo le paga al encargado y toma la pelota con un aire superior, con una sonrisa radiante y con los ojos enfocados en donde se encuentran las botellas.
– Te conseguiré ese panda – Señala con la cabeza un oso de peluche, no es muy grande pero sólo podría cargarlo a él.
Estira su mano hacia atrás y regresa a toda velocidad hacia delante, la pelota golpea en la pared al lado de donde se encuentran las botellas. El señor le devuelve la pelota ya que tiene dos oportunidades más. Vuelve a estirar el brazo hacía atrás, en esta ocasión con mayor parte del cuerpo, regresa a toda velocidad y en esta vez sólo le da a la de arriba.
– ¿Quiere el premio por tirar una o quiere su última oportunidad? – Pregunta el encargado después de recoger la pelota.
– Otra oportunidad – Dice Theo estirando la mano tomando la pelota que le ofrece el encargado.
Vuelve a estirar el cuerpo, parece concentrado cerrando sólo un ojo, su cuerpo se mueve rápido y en esta ocasión le da al centro de la pirámide de botellas y las tira todas, bueno, sólo las de arriba, las cuatro que se quedaron abajo no cayeron ni reaccionaron ante lo que hizo Theo.
– Este es tu premio – Le ofrece un panda de menor tamaño.
– Ten – Me lo da con una sonrisa triunfal en el rostro – No es el que quería darte, pero algo es algo –
– Gracias – Lo tomo y lo guardo en un bolsillo grande en la chaqueta de Theo.
– ¿A dónde quieres ir? –
– Pensaba que, si querías ir a la montaña rusa, decías que te gustaba – Me muerdo la lengua ya que en realidad la montaña rusa no es de mis juegos favoritos.
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Sólo Una Oportunidad. [Completa]
Romansa¿El amor puede ser correspondido? ¿Los momentos en el autobús pueden ser inolvidables? Johnny es un chico de diecisiete años, quien está a punto de terminar la preparatoria, y con deseos y sueños de seguir estudiando, llegará alguien que le c...