Capítulo 35.

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Los sonidos de fuegos artificiales fuera de la casa llaman la atención de todos los presentes en la sala, excepto de Theo y de mí, de a poco empiezan a desfilar hacía las escaleras que dan a la azotea y cuando se escucha como la puerta se cierra Theo se separa y me voltea a ver. Sus ojos brillan más que antes, como si emitieran luz propia.

– Feliz año nuevo Johnny –

– Feliz año nuevo Theo – Sonrió y me sientocompleto, lo abrazo y le vuelvo a besar con toda la intensidad y pasión quepuedo.    



– Muchas gracias por recibirnos en su casa, fue un placer – Dice la mamá de Theo en la entrada de su casa.

– El placer fue mío, me alegro que les haya gustado – Responde mi mamá con una cordialidad innata en sus palabras.

– ¿Vienes con nosotros Theo? – Le pregunta su papá, Theo se levanta de las escaleras y lo mira.

– Pensaba quedarme aquí esta noche, y regresar mañana –

– Esta bien – Dice su papá con una sonrisa – Cuídalo bien – Dice su papá, y no se a quien se refiere, pero de todos modos respondo.

– Si señor –

– Me refirió a Theo – Voltea a ver a su hijo – Cuídalo, personas como el ya no hay muchas –

– Lo sé – Sonríe Theo y se vuelve a sentar a mi lado.

– A ver cuando nos vuelven a invitar – Dice Joseph con unas cuantas uvas en la mano.

– Por favor, ellos han de estar alegres de tenerte lejos, yo quisiera tener su misma suerte – Dice Taylor poniendo los ojos en blanco y despidiéndose con la mano – Vámonos cerebro de chorlito –

Cuando se cierra la puerta mi mamá, Theo y yo regresamos a la sala a recoger; Mi mamá dice que lo dejemos para mañana, pero Theo y yo insistimos, así que terminamos haciendo el trabajo él y yo mientras mi mamá se va a quitar el maquillaje y a descansar. Llevo los platos al lavabo y empiezo a lavarlos, mientras Theo los seca y los va colocando con mis indicaciones.

– Cuando tengamos nuestro departamento sabré donde están las cosas – Dice Theo abriendo un cajón pensando que es donde están los platos, pero en ese se encuentran las especias – Si es necesario les pondremos letreros.

– El de los platos es el de allá – Señalo con el dedo mojado y el abre el cajón contento de al fin hallarlo.

– Definitivamente tendremos que poner señales – Dice mientras se pone a secar los vasos – ¿Dónde van estos?... ¡Ya sé dónde! – Se acerca a un cajón cerca del refrigerador y para fortuna del resulta ser el de los vasos.

– No es necesario, mejor concentrémonos en los platos, después nos concentraremos en el futuro –

– Pero si es año nuevo, un año menos para que nuestro futuro se cumpla – Se acerca por detrás y me abraza con fuerza – Unos días más e iremos al concierto –

– Cierto, el concierto, ¿Cómo debería vestir? –

– Pues vístete cómo se va a un concierto – Pongo los ojos en blanco y sigo con el lavado de los platos mientras Theo sigue abrazándome por la espalda y metiendo sus manos en mis bolsillos delanteros – Creo sentir algo y no es tu teléfono – Me sonrojo y lo empujo con el trasero – Tu también sentiste algo y no es mi teléfono – Dice sonriente – Bueno, seguir con el secado de los cubiertos –

Sólo Una Oportunidad. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora