Tomo el teléfono y veo que va a dar la una de la mañana, le mando lo más rápido que puedo un mensaje a mi mamá avisándole que por lo tarde que es me quedare en casa de un amigo de Theo y que en la mañana regresare a la casa más fresco. Dejo el teléfono en la mesa de noche de una cama individual que supongo que es donde se quedara a dormir Mario cuando viene con sus papas, su habitación es la contigua y desde hace menos de quince minutos escucho como la chica con la que se metió empieza a gemir, no puedo reprimir las risas. Entra Theo mientras sin camisa, con una toalla alrededor de los hombros y su camisa aun pintada en una mano
– ¿Qué pasa? – Dice al ver mi cara sonrosada y como reprimo las risas.
– Pues, que tu amigo quiere romper el colchón –
Y justo en ese momento se escuchan golpes en la pared y empiezo a reírme sin nada de discreción.
– Me voy a bañar – Digo levantándome y quitándome la camisa – Supongo que la tendré que lavar, aunque me da un poco de cosa pasearme sin camisa, lo bueno es que los pantalones no se pintaron –
– ¿Seguro que se lavará? –
– Pues eso creo, sólo espero que no se mezcle la pintura con la ropa – Me acerco al baño en la habitación, la cierro y me quito la camisa, la pongo en una esquina y me quito los zapatos y los pantalones, luego me quito rápidamente la ropa interior un poco más retirada de la camisa.
Entro a la regadera y me encuentro con tres llaves, por un poco de miedo abro la de en medio y el agua sale tibia, me coloco debajo del agua, la cual me recorre todo el cuerpo con delicadeza, como el roce de los labios de Theo por mi cuerpo.
Escucho como tocan la puerta del baño, volteo hacia donde se encuentra esta y aunque alguien entre no se verá nada ya que el vidrio se ve muy nebuloso, para mi fortuna, escucho la voz de Theo.
– Johnny, ¿Puedo entrar? –
– ¿Para qué? –
– Necesito hacer del baño, si no me dejas entrar tendré que trapear el piso –
Bacilo por un momento y me retiro un poco del vidrio sintiendo la fría pared de la ducha, le digo que si puede entrar y la puerta se abre y luego se cierra precipitadamente, como si temiera que algo fuera a escapar del baño, su cremallera bajarse y levantarse la tapa del baño, me tallo el cuerpo quitándome los pocos restos de pintura que quedan en mi rostro.
Escucho el sonido de un chorro de agua cayendo en agua.
– Lo malo es que no se ve a través del vidrio – Su voz se escucha como si estuviera a mi lado.
– Sabes que por ahora no quiero hacerlo – Digo retirándome lo que queda de pintura.
– Ya lo sé –
Me tallo la cabeza con mucha fuerza para poder quitarme el polvo que se quedó renegado en mi cabello. Veo mi reflejo en un espejo dentro de la ducha, paso la mano por este ya que se ha empañado y veo que no me ha quedado ni rastro de la pintura, aunque se sigue viendo la cicatriz que me ha dejado la pedrada en la cien. Se deja de escuchar el chorro de agua.
– Me voy a salir – Dice con una voz un poco desanimada.
– Esta bien – Escucho como jala la cadena, baja la taza y se abre la puerta con sus pasos resonando.
Miro el reflejo en el espejo y acaricio lentamente mi cuerpo sintiendo el tacto de mis dedos imaginándome las manos de Theo, sacudo la cabeza y cierro la llave del agua, tomo la toalla colgada y me seco la cabeza, luego me seco el resto del cuerpo y salgo, en la esquina ya no está mi camisa, creo que Theo se la ha llevado, me coloco el bóxer y el pantalón, con los zapatos en la mano salgo del baño y los dejo cerca de la cama, aparte de seguir escuchando el golpe de la cama de los vecinos escucho como empieza una lavadora, busco el lugar del cual proviene, bajo las escaleras, al lado de la cocina se encuentra una puerta, entro y me veo a Theo, agachado mirando como la ropa gira dentro de la lavadora.
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Sólo Una Oportunidad. [Completa]
Romance¿El amor puede ser correspondido? ¿Los momentos en el autobús pueden ser inolvidables? Johnny es un chico de diecisiete años, quien está a punto de terminar la preparatoria, y con deseos y sueños de seguir estudiando, llegará alguien que le c...