🌹 Capítulo 6 🌹

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 Me escondí entre su cuello y respiré profundamente, olía exquisito y no quería desaprovechar esta oportunidad

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 Me escondí entre su cuello y respiré profundamente, olía exquisito y no quería desaprovechar esta oportunidad. Ambos nos separamos después de un rato. Me miró y luego se sentó en el sillón de la sala y yo junto a él.

—¿Vives sola? —pregunta frunciendo el ceño y mirando alrededor.

—Ahora sí, antes vivía con papá pero tuvo que irse. 

—Ya veo —murmura y me mira fijamente.

—Gerard, tú sabes que esto no está bien, eres mi profesor —comenté bajando nuevamente la mirada.

—Olvídate de eso por ahora, por favor —me mira fijamente y mis ojos se vuelven cristalinos.

¿Por qué tiene que ser así conmigo? Sus ojos son tan hermosos, no puedo evitar perderme en ellos. Frunce el ceño y me pega a él en un tierno abrazo.

—¿Por qué siempre me abrazas? —murmuro volviendo a suspirar su aroma.

—¿No te gusta que lo haga? —pregunta separándose de repente pero yo misma vuelvo a sus brazos.

—No me molesta para nada.

Volví a recargar mi cabeza en su pecho y cerré los ojos fuertemente. ¿Cómo puedo estar entre sus brazos tan tranquila? Quiero decir, es mi profesor, no muy mayor que yo pero aún así sigue sin estar bien. Comienza a acariciar mi pelo en un pausante y relajante ritmo.

—¿Cómo es que no te había visto nunca antes? —pregunta en tono dulce.

—Lo mismo digo —susurro y comienzo a sentir sueño.

Él pasa su mano a mi mejilla para acariciarla y sólo escucho el suspiro que sale de sus labios antes de quedarme dormida.

(...)

Levanto mi cabeza y me doy cuenta de que estoy recostada en mi cama y bastante confundida. ¿Dónde está Gerard? Tal vez él me trajo aquí, creo que eso sería lo más obvio.

Me levanto de la cama y voy al baño, me miro al espejo fijamente. En mis ojos hay rímel corrido y parezco un fantasma, uno perdido, con los ojos sin brillo, corridos en color negro y con la nariz aún roja por llorar. Lavo mi cara y aunque ya no tengo nada de maquillaje en ésta, aún puedo ver a ese mismo fantasma.

Y después de darme una ducha y vestirme, me pongo cómoda en mi cama y me dispongo a ver la televisión. Es tarde y no tengo sueño, no se me ocurre otra cosa que hacer.

(...)

Entro a la escuela con pereza, veo a mi alrededor los típicos adolescentes en grupos y me da aún más cansancio.

No me gusta lo mismo, y admito que soy aburrida, no me gusta ser una adolescente con hormonas que se pasa todo el día sonriendo. Vaya, tal vez así no sean todos los adolescentes pero en su mayoría así lo son. Y dirán... ¿qué tiene de malo sonreírle al mundo? Nada, es cuestión de gustos y personalidades. No es de mi gusto y no va con mi personalidad. Aunque me gusta disfrutar los buenos momentos. 

Alone... In The Dark (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora