🌹 Capítulo 38 🌹

149 12 16
                                    

Desperté con una boba sonrisa en mi cara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desperté con una boba sonrisa en mi cara... ¿Cómo es que he llegado hasta este punto? Anoche Gerard me trajo hasta el departamento y, aunque no pasó nada más, yo todavía podía sentir cómo me sostenía por la cintura ayer en natación. Aunque hoy no habrá de nuevo natación, y eso me decepciona un poco. Y demonios, no puedo creer que me siento cansada después del poco ejercicio que hice ayer, soy la peor en deportes. Me levanto y me doy una ducha...

El día pasa rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya estoy nuevamente en la cama tratando de dormir y teniendo en mi mente los lindos ojos de Gerard.

(...)

Entro a la escuela y bajo la cabeza, lunes por la mañana y yo no podía tener más sueño en mi vida. Así que cansada, entré a mi primer clase. La maestra de Arte entra al salón con su típica cara enojada. Suspiro y abro el libro...

Las clases pasan lentas y tortuosas, hasta que escucho el timbre tocar y salgo del salón, agotada sin duda. Veo a Ray acercarse a mí y ambos vamos a la cafetería a comer.

—¿Y cómo te fue en la clase de natación? —preguntó mientras ambos nos sentábamos en una mesa desocupada.

—Emmm... Bien —contesté sintiendo mis mejillas calientes.

—¿Sólo eso? Lucy, dame detalles. ¿Qué te pareció? ¿Qué tal tus compañeros? ¿Quién es tu maestro? ¿Te sientes bien estando ahí? —preguntaba mientras comenzaba a comer. Bajé la mirada y tomé el sándwich para comenzar a comer yo también. 

—No importa, las cosas empezaron bien y no me quejo, creo que tenías razón al decir que mantendría mis pensamientos fuera de mi cabeza —comenté y él sonrió.

—Vaya, bueno pues te lo dije.

Reí un poco y ambos seguimos platicando de varias cosas diferentes y sin demasiada importancia. Solté una pequeña carcajada por un mal chiste que había dicho y sentí una mano posándose en mi hombro detrás de mí, fruncí el ceño y me di la vuelta. Gerard apareció frente a mí con una mirada neutra.

—Profesor Way —saludó Ray mientras arrugaba la frente.

—Joven —respondió Gerard en un saludo con la cabeza—. Necesito hablar con usted, señorita Woodson.

Levanté la mirada y lo miré suplicante... Ahora no por favor.

—¿Puedo preguntar por qué? —dijo Ray prestándole demasiada atención. Gerard tensó la mandíbula molesto.

—Eso es algo entre la señorita Woodson y yo —murmuró molesto y Ray levantó una ceja.

—Claro, por supuesto, discúlpeme el querer saber por qué siempre está llevándose a mi novia —dijo y yo abrí los ojos como platos... ¡¿Qué había dicho?!

Alone... In The Dark (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora